Lanzan el Diccionario Panhispánico de Dudas
¿Móvil o celular? ¿Podemos seguir escribiendo by pass o mobbing impunemente? ¿Qué es más correcto? Hace cinco años los responsables de las 22 Academias de la Lengua Española de Hispanoamérica, Norteamérica y Filipinas decidieron, partiendo de otros diccionarios y manuales, establecer qué palabras debemos utilizar cotidianamente los hispanohablantes de ambas orillas para evitar confusiones.El resultado es el Diccionario Panhispánico de Dudas (Santillana) que aparece el próximo miércoles, un volumen de más de 850 páginas cuyo contenido ha sido consensuado por todas las Academias, y que será presentado oficialmente el 10 de noviembre ante S. M. Don Juan Carlos, autoridades políticas y culturales, académicos y responsables de medios de comunicación de América y España.Por primera vez en la historia ha habido acuerdo, entre las 22 Academias de la Lengua. Desde que hace cinco años se pusiera la primera piedra del proyecto en San Millán de la Cogolla, las reiteradas visitas de unos y otros, el trabajo de más de un centenar de filólogos y el servicio de consultas que la Real Academia Española tiene instalado en la red han hecho el camino hasta consensuar una solución única y aclarar las dudas de siete mil vocablos que en España se dicen de una manera y en Perú o México o Argentina de otra u otras.Conscientes, eso sí, de que, como explica Alfredo Matus, director de la Academia Chilena, “no se ofrece una norma, definida a priori, de espaldas a los usos reales. En materia de lenguas no puede haber normas ‘definitivas’. Las normas idiomáticas son dinámicas y siguen los movimientos de la historia, muestran el ‘constituirse’ de las lenguas, que se están haciendo en el uso de los hablantes”.Desde hace cinco años los directores de las academias registraron las dudas y consultas que con más frecuencia recibían en sus respectivos centros. Todas se reunieron en un gran documento revisado por el equipo de filólogos de la Española. Muchos de los filólogos que trabajaron en el proyecto reconocen que ha sido un trabajo ímprobo “porque hemos tenido en cuenta todos los diccionarios de dudas existentes, multitud de libros de estilo y manuales de corrección gramática de todos los países de habla española. El acopio de material ha sido inmenso”.Inmenso, pero vivo pues no se limita a dar respuesta concreta a esas dudas (¿mobbing o acoso laboral, overbooking o sobrecontratación?) sino que explica por qué surgen, con autores y ejemplos extraídos de obras literarias y artículos periodísticos. El diccionario llega así donde no llega la gramática ni la ortografía.Primer proyecto panhispánicoEl método de trabajo también ha abierto brecha porque se trata del primer proyecto verdaderamente panhispánico. Quizá por eso, todos los implicados demuestran su entusiasmo. Así, Pedro Luis Barcia, director de la Academia Argentina, la define como “la obra más completa en su género. Será de inevitable y útil consulta para los intereses más diversos: estudiantes, docentes, profesionales, comunicadores, administrativos, etc. Mantiene la unidad en la diversidad, al proponer criterios generales consensuados para un enorme cúmulo de cuestiones (plurales, extranjerismos, topónimos, etc.) y, al tiempo, da cabida a las diferencias regionales o dialectales según los usos firmes y autorizados por la escritura en las distintas zonas lingüísticas de la hispanidad. Será una obra de avanzada por la dinámica de sus propuestas que se adelantan con sugerencias en muchos planos disputados”.El español, democratizadoSí –insiste Alfredo Matus, de la Academia Chilena– “desde el punto cero, todas las academias han construido la concepción de este diccionario, la metodología de trabajo, sus propósitos. Definiciones y norma, como ya dije, no se han determinado apriorísticamente, sino en la consideración de las conductas idiomáticas reales de cuantos nos expresamos en esta lengua. El aliento que ha insuflado la Real Academia Española a este proyecto, su inspiración, su respaldo material y el de sus excepcionales equipos técnicos, han sido determinantes en el feliz éxito de esta empresa que nos enorgullece”.Y el director de la Academia Mexicana, Moreno de Alba, confirma cómo México “ha estado presente desde la gestación del proyecto hasta su conclusión. El director, en representación de su academia y de las academias del área centroamericana, ha asistido y participado en todas las reuniones de la comisión interacadémica, encargada del proyecto”.¿Sus principales aportaciones? Varias y muy destacadas: en un primer borrador, se tomaban como voces del español general algunas que sólo se usan en España (como “competición” por “competencia” deportiva, “beicon” por “tocino”). En la versión definitiva aparecen como “españolismos” o voces propias de España.En México nadie dice, como en España, ‘iceberg’, sino que lo pronunciamos en inglés (algo así como ‘aisberg’); no decimos ‘bungaló’ sino ‘bungalow’, no color ‘beis’, sino 'beige (beish)’; carné / carnet; chalé / chalet, parqué / parquet, debú / debut...”.El mayor aporte de la Academia Argentina “fue la de insistir en mantener los criterios generales adoptados en ocasión del tratamiento de cada cuestión abordada. Naturalmente, el voseo es otro aspecto en el que aportamos lo nuestro y, luego, los puntuales señalamientos de los usos diferenciados en el castellano de la Argentina”, explica Barcia, para quien la Real Academia Español asumió el trabajo más duro: “la redacción de todos los artículos que, propuestos en sucesivas entregas a las Academias, fueron analizados, enriquecidos con las contribuciones de todos los delegados de las regiones. Los artículos de base y las observaciones se debatieron en las sesiones de la comisión interacadémica ; después, los plenos ratificaron los acuerdos”.Como la puesta de largo del Diccionario Panhispánico de Dudas del 10 de noviembre, a la que no faltarán ni los directores de las veintidós Academias de la Lengua Española, ni 26 directores de medios de comunicación hispanoamericanos, que recibirán de primera mano el mensaje de los académicos: su presencia es el mejor aval para adoptar el Diccionario como norma de referencia en todos los países. Porque, conscientes de la importancia de los medios de comunicación en la difusión del lenguaje, los académicos han querido pivotar el Diccionario sobre los medios, con la intención nada secreta de que lo asuman como propio y difundan ese inmenso corpus en papel e internet, a modo de libro de estilo.Ejemplosabierto. En algunos deportes como el tenis, el golf o el ajedrez, ‘[torneo] en el que pueden participar todas las categorías’: “Martina Hingis ganó el Abierto de Tokio” (Tiempo [Col.] 3.2.97). Debe evitarse, por innecesario, el anglicismo open.ciber. 1. Elemento compositivo prefijo, creado por acortamiento del adjetivo cibernético, que forma parte de términos relacionados con el mundo de las computadoras u ordenadores y de la realidad virtual: ciberespacio, cibernauta, etc. Se recomienda su uso en la creación de nuevos términos pertenecientes al ámbito de las comunicaciones por internet, lo que permite sustituir por voces propias numerosos anglicismos que circulan hoy en español. A continuación se ofrecen algunos ejemplos de la gran productividad de este prefijo en nuestros días: “Una de las características del ciberarte es precisamente esa: su intangibilidad” (El Mundo [Esp.] 15.12.96). Debe evitarse su escritura con la grafía anglicada cyber.2. En muchos casos, el sentido que aporta este elemento compositivo puede expresarse mediante el adjetivo electrónico pospuesto al sustantivo correspondiente: mensaje electrónico, etc.evacuar. ‘Desalojar o vaciar [un lugar]’, ‘expeler [excrementos]’ y, en lenguaje administrativo, ‘tramitar [algo]’ y ‘realizar [consultas]’. En el uso culto se acentúa preferentemente como averiguar (ñ apéndice 1, n.º 6): “Los dos hombres se ocupan de cambiar un catéter que evacua la orina” (Fernández Memoria [Esp. 1994]); pero hoy es frecuente, y también válida, su acentuación como actuar (- apéndice 1, n.º 7): “El niño evacúa varias veces al día”.