Lola Pons: «La lengua se hace en comunidad, democráticamente, entre todos»
Uno de los rostros del IX Congreso Internacional de la Lengua Española, que se desarrolló en Cádiz la pasada semana, fue el de la catedrática de Historia de la Lengua Española de la Universidad de SevillaLola Pons. Pons, una de las grandes autoridades sobre el proceso del habla en español, en especial sobre las relaciones entre el andaluz y las lenguas americanas, se ha multiplicado para asistir a sesiones plenarias y a paneles académicos. Junto con su amplio bagaje académico, la filóloga se ha destacado por su defensa sin complejos de las hablas andaluzas. Fue de las primeras autoridades intelectuales en apoyar, sin ambages y con generosidad, la candidatura de Cádiz para acoger la cita académica que finalmente ha sido, como se puede leer en esta entrevista realiza en marzo de 2021.
La primera pregunta es un poco amplia, pero ¿cómo valora el desarrollo del IX Congreso de la Lengua?
Ha sido una cita de una gran altura intelectual por la presencia de tantas personalidades y entidades que tienen que ver con la lengua y la cultura hispánica. Es un encuentro que, además de su parte académica, ha servido para que se hicieran contactos o para consolidar los ya existentes.
¿Cree que es importante que en estas citas quienes trabajamos con la lengua podamos sacar un poco de pecho por nuestro trabajo?
Hay que estar prevenidos contra el discurso triunfalista del español. En estos congresos la tentación es centrarnos en nuestras fortalezas, pero hay que mirar también nuestras debilidades para tratar de mejorar.
Durante los cuatro días de ponencias se ha hablado de decenas de temas, ¿se queda con alguno?
Quizá con el de la Inteligencia Artificial. Es un sector estratégico y se han dedicado varias sesiones al tema. Además, hemos contado con la presencia del comisionado del PERTE, que nos ha explicado las nuevas alianzas que se están estableciendo en este campo. Es un asunto que queda muy alejado de mi disciplina de investigación, pero soy consciente de que igual que en su día tuvimos que prepararnos para posicionar el español como lengua de internet, ahora tendremos que hacerlo para adaptarlo al lenguaje de las máquinas. Así que creo que, en este sentido, ha sido la principal línea de trabajo de este congreso.
Creo que en el CILE ha sido de las primeras ocasiones en las que se ha reivindicado el valor económico de disponer de una herramienta como el español.
Y creo que es un acierto. La legua representa un poder blando, frente a poderes duros como el económico o el militar, que hay que saber aprovechar. El compartir un idioma común puede ser una salvaguarda para muchas cosas. Por ejemplo, a veces me pregunto por cómo habrían sido las negociaciones con Argelia, en la crisis diplomática con España, si compartiéramos el idioma, si se hubiera mantenido esa importante comunidad de hispanohablantes en el norte del país. Esta bien que también se planteen las posibilidades reales de abordar el idioma desde aspectos que va más allá de lo puramente humanístico.
«La lengua es un poder blando que hay que aprovechar. Un idioma común puede ser una salvaguarda diplomática». Este congreso también ha servido como una reivindicación de las hablas andaluzas y, en especial, del habla de Cádiz. Como filóloga, ¿qué es lo que más le gusta del habla del Cádiz?
A mí me gusta mucho la prosodia del habla de Cádiz, la particular entonación de los gaditanos cuando hablan. Es una parte muy difícil de representar gráficamente, más allá de los estudios específicos que se realizan sobre entonación.
¿Cree que la ciudad ha estado a la altura de esta cita?
Quiero agradecer a los gaditanos su implicación en todo este evento. Tanto con la decoración de las palabras que ha estado recorriendo toda Cádiz como por su actitud con los propios congresistas a los que nos han dado mucho cariño en los comercios y en la restauración local. En ese aspecto, Cádiz, como siempre, ha sido ejemplar con el visitante .
En estos meses, los gaditanos se han preguntado por la importancia real de la cita, ¿cómo se les puede explicar?
Es importante porque Cádiz ha sido una gran capital cultural, con trabajadores de distintas industrias culturales, como la del libro. Ha habido una gran presencia de editores y se han resuelto premios literarios en la ciudad. (Hay que recordar que durante la semana en la que se celebraba el Congreso, Unicaja entregó en Cádiz su XXIII Premio Novela Fernando Quiñones y que Alfaguara hizo lo propio.) También está toda la red de profesores universitarios y miembros de la RAE y de las academias americanas que han participado en los paneles de la ciudad, lo que supone una actualización de todo lo que se ha adelantado en los últimos años respecto a ciencia lingüística y filológica.
Durante el Congreso ha vuelto a saltar a la palestra el asunto de cómo le llamamos a nuestra lengua, si español, si castellano... incluso Martín Caparrós ha propuesto emplear “ñamericano”, ¿qué le parece a usted?
Lo cierto es que me han preguntado muchas veces por el debate de español y castellano y por mi elección. Mi razón para preferir español por encima de castellano es que castellano es una etiqueta estrecha, que hace referencia a la zona de origen de nuestra forma de hablar. Pero lo que nosotros, los ocho millones de andaluces, hablamos trasciende esa etiqueta. ¿Que podría haber etiquetas mejores? Posiblemente, pero que se invente una palabra concreta por una persona concreta me parece una posición no acorde con el hecho de que la lengua se hace en comunidad, democráticamente, entre todos, y las palabras que hemos elegido entre todos son español y castellano. Ambas son igualmente válidas aunque yo prefiera, también por mi profesión como filóloga, 'español'.