Los aprendices olvidados del español: migrantes y refugiados
Gabriel es un ingeniero electrónico de 25 años. En su país, Rumanía, trabajaba como asesor comercial para una empresa tecnológica, pero desde que vino a España está desempleado y ejerce como profesor de informática voluntario mientras estudia para mejorar su español.
Fadoua, de 22 años, llegó desde Marruecos a España hace ya tres años. Desempleada, le gustaría trabajar como peluquera, pero en la casa de acogida en la que reside la recomendación es clara: para conseguir trabajo, el primer paso es aprender español.
La lengua es el principal motor para una verdadera participación en la sociedad: ya sea para hacer la compra o para comunicarnos con nuestro médico, para acceder a servicios sociales, sanitarios o educativos, para encontrar trabajo, para alquilar una vivienda o para tramitar la ciudadanía, la lengua está siempre en el centro de nuestras relaciones sociales, de nuestras vidas.
Para las personas migrantes y refugiadas recién llegadas a un país, el desafío de adquirir al menos una competencia básica en el idioma se convierte en una necesidad apremiante para adaptarse a su nuevo entorno.
Nuestra misión es compartir el conocimiento y enriquecer el debate.
De hecho, son numerosos los estudios que muestran que el dominio de la nueva lengua tiene un fuerte impacto en la integración a nivel económico, social y personal, y funciona como un verdadero catalizador del acceso a recursos sociales, educativos y sanitarios, así como de participación social y política, afectando, en definitiva, al bienestar general.
Español, lengua de migración
Según datos del último informe del Instituto Cervantes, se calcula que más de 23 millones de personas aprenden español en todo el mundo. En 2022, el número de estudiantes de español en España ascendía a más de 130 000.
Sin embargo, estos datos reflejan únicamente una parte limitada de las cifras del aprendizaje del español en este país, que deja de lado a miles de personas que, con diversas motivaciones y bagajes, por diferentes factores contextuales o personales, abandonaron sus países de origen y establecieron sus vidas –con sus lenguas, sus culturas, sus tradiciones– en algún lugar de ese territorio.
Este tipo de datos no toma en consideración a miles de personas que, atendidas por diferentes instituciones y asociaciones implicadas en la acogida de migrantes y solicitantes de asilo, aprenden español por otros caminos que no quedan reflejados en estos informes.
Sistema de acogida
En España, el sistema de protección internacional incluye la enseñanza de la lengua en sus programas de acogida. Si tenemos en cuenta los datos del Ministerio del Interior, más de 8 000 personas procedentes de países no hispanohablantes recibieron el reconocimiento de protección internacional en 2022, y más de 2 000 en el primer cuatrimestre de 2023. Adicionalmente, más de 161 000 desplazados por la guerra de Ucrania recibieron protección temporal
Si sumamos el gran número de migrantes en situación irregular que asisten a cursos ofrecidos por diferentes organizaciones en nuestro país, los números serían mayores. Es decir, que el español es la lengua de muchas personas que, por diferentes motivos, buscan en ella un nuevo hogar; es una lengua de migración.
La especifidad del contexto de migración
La realidad de las personas migrantes que aprenden español está desatendida no solo en el plano institucional (ya que no se les tiene en cuenta en estadísticas y no siempre se les ofrecen vías oficiales de aprendizaje del idioma); también en el ámbito científico, donde la investigación sobre la adquisición del idioma como segunda o tercera lengua se centra mayoritariamente en estudiantes universitarios de países occidentales (lo que se conoce como el sesgo WEIRD por sus siglas en inglés Western, Educated, Industrialized, Rich and Democratic, es decir, occidentales, educados, industrializados, ricos y democráticos).
La investigación en lingüística aplicada y adquisición de segundas lenguas ha estudiado en profundidad los factores involucrados en la adquisición de un idioma adicional desde diferentes perspectivas. Sin embargo, el aprendizaje de idiomas en migrantes y refugiados no ha recibido tanta atención, y estas poblaciones aún son poco estudiadas y, a menudo, ignoradas o marginalizadas.
La investigación en adquisición de lenguas muestra una clara predilección por el estudio del proceso (con un abrumador sesgo, además, por el inglés) en aprendices mayoritariamente monolingües y hablantes de un repertorio limitado de lenguas maternas. Se estudia mucho menos la realidad de los aprendices migrantes, que hablan lenguas maternas muy diversas y a menudo más de una: algo que tiene un impacto directo en la manera en la que se aprende español.
Otros factores, como el tiempo de residencia en el país o el nivel de estudios, son especialmente relevantes en los procesos de adquisición de lenguas en contextos migratorios. Si a todo esto añadimos la diversidad de perfiles y especificidades del aprendizaje de lenguas por migrantes y refugiados en relación con factores fuertemente influyentes como la motivación, la actitud, o la asimetría entre el desarrollo de las destrezas escritas y las orales, el resultado es una clara desatención a las necesidades y características específicas de las personas que aprenden español en estos contextos.
Datos en abierto
La adquisición de una lengua en contextos migratorios, lejos de ser un fenómeno excepcional, se presenta hoy como una realidad extendida que plantea una serie de retos específicos a los investigadores.
En un esfuerzo por dar cuenta de la adquisición de lenguas por aprendices tradicionalmente marginalizados, nuestro conjunto de datos VIDAS (Verbal Interaction Dataset of Acquired Spanish) proporciona un repositorio de más de 29 horas de entrevistas en español e interacciones orales entre inmigrantes y refugiados de diferentes lenguas y culturas de origen, con 200 muestras divididas en cuatro grupos de hablantes que representan diferentes orígenes lingüísticos: filipinos, ucranianos, marroquíes y rumanos.
La disposición en abierto de este tipo de datos abre nuevas vías de investigación, permitiendo análisis desde diferentes perspectivas. Además, el acceso a muestras reales de habla servirá igualmente a la comunidad docente de español, tanto a estudiantes como a profesores, en el desarrollo de diferentes tipos de estrategias y recursos educativos.
El repositorio VIDAS constituye, también, una instantánea de la situación migratoria en España. Los casos de Gabriel y Fadoua ejemplifican la plétora de realidades individuales que conforman la inmigración en España, señalando también diferentes caminos del aprendizaje de español en contextos migratorios. Un español que, recorriendo diferentes historias de vida, se ha convertido en el hogar lingüístico para miles de personas a lo largo de nuestro país, y que merece un lugar central en una investigación científica, ética y socialmente comprometida.
La autora es profesora de Lingüística aplicada a la enseñanza de segundas lenguas, Universidad Nebrija