Los cerebros de los políglotas procesan las lenguas extranjeras de manera diferente que su lengua materna
Una nueva investigación analizó cómo procesan en el cerebro las personas que hablan distintas lenguas. Cuando los participantes escuchaban las lenguas que no hablaban, el cerebro respondía más a las que estaban relacionadas con las que ya conocían.
Las personas que hablan más de cinco idiomas, conocidas como políglotas, se iluminan en la “red lingüística” del cerebro cuando escuchan las lenguas que hablan, con respuestas más intensas en las que dominan mejor. Sin embargo, según un nuevo estudio, cuando escuchaban sus lenguas maternas, la actividad cerebral era similar o disminuía en comparación con las lenguas no maternas que dominaban.
“Algo hace que sea un poco más fácil de procesar -quizá el hecho de haber pasado más tiempo utilizando esa lengua- y se produce un descenso de la actividad en la lengua materna en comparación con otras lenguas que se hablan con soltura”, afirma en un comunicado Evelina Fedorenko, profesora asociada de neurociencia del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y autora principal del estudio.
Aunque muchas personas hablan más de un idioma con fluidez en todo el mundo, son pocas las que hablan cinco o más, señalan los autores, y la mayoría de las investigaciones se han centrado en los bilingües.
Argumentan que esto limita los estudios a preguntar sólo por dos lenguas y comparar la lengua materna “privilegiada” de alguien con una única lengua no materna, razón por la cual recurrieron a los políglotas.
¿Cómo funcionó el estudio?
Los investigadores estadounidenses utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf) para escanear el cerebro de 34 políglotas y publicaron sus resultados en la revista científica Cerebral Cortex.
Todos los participantes dominaban cinco o más idiomas, pero la mayoría empezó a aprenderlos en la adolescencia o la edad adulta.
Dieciséis de los participantes eran “hiperpolíglotas”, es decir, hablaban diez o más idiomas, y uno de ellos dominaba al menos 54 lenguas. El número medio de lenguas habladas o firmadas entre los participantes era de unas 15.
Los políglotas escucharon textos de la 'Biblia' o de 'Alicia en el país de las maravillas' leídos en ocho lenguas distintas. Entre ellos había textos en su lengua materna, en una lengua que dominaban, en una que dominaban medianamente y en otra que dominaban menos.
También escucharon idiomas que no hablaban, incluidos los de la misma familia que un idioma que conocían y otros que no tenían nada que ver. Los investigadores analizaron la “red lingüística” de sus cerebros, es decir, las áreas interconectadas de los lóbulos frontal y temporal del cerebro que se sabe que contribuyen al procesamiento del lenguaje.
¿Qué mostraron los escáneres?
La red lingüística, situada principalmente en el lado izquierdo del cerebro, se iluminó más cuando los participantes escucharon pasajes de las lenguas que dominaban mejor, excepto sus lenguas maternas.
“A medida que aumentas tu competencia, puedes realizar cálculos lingüísticos en mayor medida, por lo que obtienes respuestas cada vez más intensas”, explica Fedorenko. “Pero si comparamos una lengua muy competente y una lengua materna, puede que la lengua materna sea un poco más fácil, posiblemente porque se tiene más experiencia con ella”, prosigue.
La Inteligencia Artificial afectará el trabajo del 80 % de la población activa
Cuando los participantes escuchaban las lenguas que no hablaban, el cerebro respondía más a las que estaban relacionadas con las que ya conocían. Algunas de las limitaciones de este estudio son que los participantes declararon su competencia lingüística y que no se evaluó la comprensión de los textos.
Los autores tienen previsto seguir investigando con personas que aprendieron varios idiomas a una edad muy temprana, incluidas las que emigraron y perdieron el dominio de su lengua materna.