Los falsificadores de obras literarias
RevistaArcadia.comBorges, García Márquez y Emily Dickinson son sólo algunos de los escritores que alguna vez han sido suplantados por falsificadores. Lea acá cinco curiosos casos de fraudes literarios.1. - Al sonado caso del falso soneto de Borges, que enfrentó a Héctor Abad Faciolince y a Harold Alvarado Tenorio, puede unírsele el caso de la revista Plural de México, para muchos una de las más influyentes en la vida cultural de América Latina, que publicó una versión del falso poema Instantes de Jorge Luis Borges en 1989 e incluso se atrevió a explicar sus orígenes. En ambos casos, María Kodama ha insistido que es una falsa atribución. En el caso de Instantes, este circula en la red y pocos parecen cuestionar su autoría.2. - En 1997, Sotheby’s subastó el supuesto poema de Emily Dickinson La poeta y el asesino. El manuscrito se vendió por 24.150 dólares. Meses después se descubrió que el verdadero autor era Mark Hoffmann, un ya reconocido falsificador de documentos religiosos, que para entonces pagaba una pena por asesinato en la Prisión del Estado de Utah en Drapper.3. - En el 2000 comenzó a circular en la red un poema titulado La marioneta de trapo que supuestamente Gabriel García Márquez les había enviado a sus amigos y familiares antes de su muerte. Gabo dijo: «Lo que mata es que crean que escribo así (...) El poema es tan malo que no vale la pena desmentirlo».4. - La revista alemana Stern sorprendió en 1983 con el anuncio de que darían a conocer los Diarios de Hitler. Un investigador contratado por Newsweek, sin embargo, declaró que los diarios eran una falsificación y una muy mala (al Führer no sólo no le gustaba escribir, no lo podía hacer desde 1943 debido a una leve parálisis). El falsificador era Honrad Kujau, coleccionista de objetos nazis.5. - El fraude literario más antiguo del que se tiene noticia (y que se ha podido comprobar) fue el de La epopeya de Ossian, sobre un guerrero celta del siglo III a.C. James McPherson, su creador, llegó a timar de manera tal a Goethe, que hasta Werther escribe en su diario que «Ossian ha suplantado a Homero en mi corazón».