Los jóvenes islandeses están dejando de hablar su lengua debido a la internet
Este camino para senderistas es anunciado en islandés y en inglés
Durante siglos, Islandia ha sido una rara avis dentro de la pequeña pero muy celebrada cultura escandinava. La isla fue colonizada a finales del siglo IX por exploradores noruegos y suecos, y desde entonces permaneció como una dependencia de los diversos y lejanos reinos continentales de Suecia y Dinamarca. Aislada, remota y arisca, sus pocos habitantes se mantuvieron al margen de los vaivenes lingüísticos que moldearon las modernas lenguas nórdicas.
¿Resultado? Al día de hoy, el islandés es casi tan raro como la propia Islandia. El idioma es lo más parecido a nórdico antiguo que aún pervive entre las lenguas germanas. Al contrario que el noruego, el danés y el sueco, mutuamente inteligibles, ningún nórdico continental podría entablar una conversación con un homólogo islandés en su lengua. No es que a los islandeses esto les haya preocupado mucho: su lejanía hacía improbables los contactos con otros países.
Gracias a tan particular desarrollo histórico, la lengua, con apenas 300.000 hablantes hoy en día, se ha mantenido congelada en el tiempo, pero viva. Islandia se independizó de Dinamarca durante la Segunda Guerra Mundial, y consagró al islandés como la única realidad lingüística imaginable en el país. Frente a otros idiomas remotos y diminutos, como el galés o el vasco, el islandés jamás tuvo que competir en un sistema de diglosia. Los niños islandeses hablaban islandés y nada más.
Tan homérica y particular evolución histórica podría estar a punto de romperse. Como relata este reportaje de The Guardian, el islandés ha comenzado a perder terreno entre sus hablantes más jóvenes. El motivo principal es simple: no hay nadie en Internet que hable islandés. Para comunicarse con el mundo exterior, los jóvenes islandeses lo hacen de forma sistemática en inglés, lingua franca del mundo digital que toda la población de la isla maneja estupendamente.
La extinción digital es real
Otros ejemplos similares citados por META son el letón, el vasco, el maltés o el lituano, aunque hay diversos grados. Lenguas muy vivas, pero con relativa penetración digital, como el griego, el húngaro y el polaco, sufren un retroceso similar. ¿Por qué sucede? Simple: las nuevas generaciones ya no socializan tanto en las calles, con otros parlantes de su lengua materna, como en las redes, con usuarios y jugadores repartidos por centenares de países cuya lengua vehicular es el inglés.
El fenómeno se conoce como minorización, y hasta ahora se daba en entornos donde una lengua pequeña competía con otra más dominante (el bretón vs. el francés, el aragonés vs. el español, el sardo vs. el italiano). Según META, un consorcio de asociaciones dedicadas a la investigación y preservación del multilingüismo digital en Europa, alrededor de 21 idiomas afrontan similares problemas al islandés. Si la conversación global está en la red, ¿qué pasa cuando tu idioma ha quedado marginado?
¿Las series de Netflix? Se ven en inglés. ¿Los vídeos de YouTube? Lo más probable es que también se vean en inglés. ¿Los memes de Tumblr? Yep, en inglés. ¿Las conversaciones en Reddit sobre los idiomas que están desapareciendo por culpa de la diglosia digital? Err, en inglés. Así, miles de jóvenes islandeses pasan horas y horas charlando, leyendo y pensando en inglés, idioma que además dominan a la perfección merced al estupendo sistema educativo del país.
Como se cuenta aquí, cuando llegan al colegio lo normal no es utilizar el islandés, el idioma que utilizan para comunicarse con sus padres o sus profesores, sino el inglés. Algunos profesores de Reykjavik cuenta que sus alumnos conversan indistintamente en inglés y en islandés durante sus horas de recreo. Al fin y al cabo, ¿en qué idioma vas a discutir sobre el último meme que has enviado en Snapchat si el meme, al fin y al cabo, está publicado en inglés?
Es un círculo vicioso, y al parecer de especial gravedad en Reykjavik, capital del país y epicentro de los millones de turistas que anualmente visitan la bella isla. Al hacerlo, no se molestan en emplear el complejísimo y antiquísimo islandés, sino que se valen del inglés para comprar cervezas, tickets y alquilar coches. Los locales les responden en inglés, claro, lo que perpetúa el crecimiento dominante de la lengua internacional en una comunidad lingüística, hasta ahora, sin amenazas.
El asunto ha llegado al parlamento islandés, donde diversos grupos reclamaron años atrás un paquete de medidas para digitalizar el idioma islandés y frenar la minorización. El objetivo pasaba por regar de dinero a un grupo de ingenieros para que generaran una base de datos abierta en islandés, de tal modo que cualquier desarrollador interesado en crear una aplicación o una página web pudiera hacerlo en islandés sin romperse demasiado la cabeza.
¿Funcionarían? Es difícil de decir, dado que, al final, la internet habla inglés. Y para una comunidad tan pequeña como la islandesa es difícil revertir una tendencia global. Otros idiomas minoritarios se enfrentan a una extinción digital, preámbulo futuro y distópico de una extinción total. Pero el islandés ha sido el primero en ponerse manos a la obra para evitarlo.