Los traductores creen que se magnifican las posibilidades de la inteligencia artificial
La inteligencia artificial es como un “cuñado tecnológico” que parece “que sabe de todo y sienta cátedra” y ante la cual los traductores editoriales han reivindicado su profesión: se magnifica el alcance de sus posibilidades y se devalúa el conocimiento del experto, advirtieron.
Los traductores editoriales han analizado este miércoles en dos mesas redondas cómo afecta la inteligencia artificial (IA) a su labor y al sector del libro en la segunda jornada de la feria internacional del libro Liber 2023, en la que participan 373 expositores de 13 países.
Porque, desde que la inteligencia artificial y los traductores automáticos irrumpieron en el sector, han señalado, da la impresión de que todas las herramientas empleadas en el proceso de traducción de un libro se basan en estas innovaciones cuando, en realidad, algunos programas las usan más como complemento que como motor principal.
“No somos tecnófobos”, precisó la traductora Nuria Molines, mientras que su colega Rocío Serrano recalcó que “la tecnología es compatible con la vida editorial”.
Serrano, que se refirió a la IA como un “cuñado tecnológico”, consideró que que, cuando se magnifican sus posibilidades, se crea un riesgo de mayor precarización de la profesión.
La remuneración de los traductores es uno de los problemas más graves que plantea la IA, ha señalado la traductora Alicia Martorell, pues es un sector ya precarizado y ocurre cuando deben trabajar sobre un texto que ya ha sido generado por una máquina: “No acepto que me digan que me tengo que convertir en un apéndice de la inteligencia artificial y encima cobrando menos”, dijo.
Se trata de la posedición, en la que se mejora una traducción generada de forma automática para que el texto final cumpla con el nivel de calidad exigido, una validación cuyas tarifas deben ser iguales o superiores a las de la traducción, han defendido.
Porque “la inteligencia artificial traduce y parece que está bien, pero no lo está y la postedición es más difícil”, indicó la traductora y lingüista computacional Carmen Torrijos, quien también aseguró que la IA no la sustituirá en su trabajo.
El traductor humano seguirá haciendo el trabajo difícil mientras que la parte fácil la pueden hacer las máquinas, subrayaron.
La inteligencia artificial es uno de los principales temas que se abordan en esta feria y ya fue el asunto destacado en el acto de inauguración, en el que el ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta, pidió que el lector tenga derecho a saber si lo que lee “lo ha escrito una máquina”.
Un reto destacado también por el presidente de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), Daniel Fernández, quien advirtió de que, a pesar del buen momento que vive el sector del libro, con un crecimiento del 5% en la facturación, “se ciernen algunas incertidumbres derivadas de la irrupción de la IA”.
El impacto ambiental del sector es otro de los asuntos que se verán en esta edición de Liber, que también ha abordado los nuevos modelos de negocio en la industria editorial latinoamericana, como el auge de las plataformas digitales, la autoedición y las suscripciones.
Liber 2023, organizada por Ifema Madrid y la Federación de Gremios de Editores de España y que tiene a Polonia como país invitado de honor, reúne estos días a compradores del sector editorial de más de 50 países.