Los vocablos para tonto y borracho en Hispanoamérica
EFELa imaginación de los hispanoamericanos a la hora de crear sinónimos quedará patente en el Diccionario de Americanismos, que finalizarán en breve las veintidós Academias de la Lengua Española y en el que términos como tonto o borracho se pueden decir en cada país de múltiples formas.Si uno es tonto o lo parece, en Cuba le llamarán guacarnaco, en México, guarín o nonti; en Nicaragua, jaime, y en Argentina y Uruguay, magallanes. Y si uno se ha pasado con el alcohol, en gran parte de Latinoamérica estaría tomado, y habrá países donde le vendrían mejor los términos aguardentoso, bolo, cañado, chichipate, embolado o maiceado.Estos ejemplos constituyen una pequeña prueba de «la gran riqueza léxica" que tiene el español de América, como reflejará sin duda el Diccionario de Americanismos, un proyecto que las Academias empezaron a acariciar a finales del siglo XIX pero que por falta de medios humanos y técnicos no se puso en marcha hasta hace unos años.Ahora, el Diccionario ha llegado a su recta final. El próximo 5 de octubre entrará en imprenta y será la editorial Santillana la que lo publique en toda Hispanoamérica.En marzo de 2010 se presentará oficialmente durante el V Congreso Internacional de la Lengua que se celebrará en la ciudad chilena de Valparaíso.Como señala en una entrevista con Efe el director del proyecto, Humberto López Morales, el Diccionario es dialectal, ya que está centrado en el español de América, y deja fuera los términos que, «aunque nacidos en América, se usen habitualmente en el español europeo», como chocolate, canoa o tomate.López Morales, secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española, y su equipo, formado por unas veinte personas entre lexicógrafos e informáticos, han preparado estos años los borradores del Diccionario, que luego se han ido enriqueciendo con las observaciones de las Academias americanas.El Diccionario tendrá un apéndice de sinónimos, en el que se verá la abundancia de voces equivalentes que tienen, por ejemplo, palabras como tonto o borracho.En Chile, decirle falluco a alguien es llamarlo tonto o escaso de entendimiento, mientras que en Argentina faltito, fanega y frilo expresarían lo mismo; en Puerto Rico preferirían decir guachinango, huelepega o huelestaca, y en Honduras acudirían a términos como jilote, jorjón o lele para referirse al que es bobo. En México prefieren voces como zope, zorimbo o zurumato.Paspado, lerendo, mangungo, menso, pavísimo, pendejón, tunteco, turuleto, virote o zonzoneco constituyen una buena muestra de las múltiples formas en que a uno pueden llamarle tonto en Hispanoamérica.Larga es también la lista de sinónimos de borracho. Desde el fumigado de México, el luceado de Puerto Rico, el molonqueado de Honduras, o el pelado y el tuturuto de Venezuela, hasta el patudo de El Salvador, el puestón de Chile o el tomatrago de Colombia.A quien está sólo medio borracho es mejor decirle hachoneado, tres-quince, zapatón o zapatudo.Autor de medio centenar de libros y gran experto en sociolingüística, López Morales asegura que «nunca se ha hecho un diccionario del español americano como el de las Academias".«Es mi gran proyecto, mi gran ilusión. Nada de lo que he hecho en mi vida es comparable a esta obra", asegura López Morales, que también dirigió La enciclopedia del Español en Estados Unidos.