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Más allá del vocabulario y la gramática: aprender biología o historia en inglés

10/09/2024
Nashwa Nashaat-Sobhy * y Ana Linares**

El Aprendizaje Integrado de Contenidos y Lenguas Extranjeras (Aicle) es un modelo de enseñanza que utiliza una lengua adicional (a menudo una lengua extranjera) como herramienta en el aprendizaje de otras asignaturas, como Biología o Historia. A través de esta metodología, los alumnos aprenden tanto el contenido de la asignatura como la lengua en la que se imparte.

Este método se emplea de forma diferente en distintos países e incluso regiones de un mismo país. Sus principios son lo bastante amplios como para permitir que cada contexto los adapte a sus necesidades, pero también lo suficientemente específicos como para diferenciarlos de otros enfoques bilingües.

Aprender una lengua a través de contenidos

Una de sus características fundamentales, cuando se aplica en clases de una asignatura determinada, es que el lenguaje a aprender viene determinado por la disciplina que se imparte; es decir, es el contenido de la asignatura el que determina cómo se aprende la segunda lengua. Dicho de otro modo, no se aprenden los mismos términos, la misma sintaxis o las mismas expresiones en inglés en la clase de Historia que en la de Biología.

Por ejemplo, si se está trabajando en el tema de la división celular, se prestará atención al lenguaje para expresar los tipos y procesos de división celular. De este modo, al usar el segundo idioma en procesos cognitivos como definir o explicar, es posible lograr un aprendizaje más profundo del idioma en el que se está aprendiendo.

La implantación de la enseñanza bilingüe en España y Europa

En las comunidades monolingües de España (y en la mayoría de países europeos), la principal lengua adicional de enseñanza es el inglés. Las comunidades bilingües de España (como la Comunidad Valenciana o el País Vasco) también han introducido las lenguas oficiales como lenguas vehiculares, de manera que se enseñan también algunas asignaturas en valenciano o euskera.

La enseñanza a través del inglés comienza en el nivel de Primaria hasta el final de la Educación Secundaria Obligatoria, pero los grados de exposición y las asignaturas seleccionadas varían de un programa a otro. En algunos programas, las asignaturas que se enseñan en inglés son más académicas, como Biología o Historia, y en otros se imparten asignaturas como Arte o Educación Física, donde las formas de expresión son menos discursivas y más artísticas o físicas. Esto implica diferencias en la capacidad de los estudiantes para expresar sus conocimientos en la segunda lengua.

¿Qué modelo nos hace aprender la lengua mejor?

Naturalmente, cuanto mayor es la exposición de los alumnos al inglés, mayor es la expectativa de que lleguen a dominarlo. Si se compara a los alumnos que estudian distintas asignaturas en inglés con los que sólo estudian inglés como asignatura, los primeros tienen ventaja sobre los segundos en la mayoría de las destrezas lingüísticas.

Sin embargo, algunas destrezas, como la capacidad de expresar relaciones interpersonales, no siempre se adquieren de forma más rápida.

¿Aprendemos menos historia si la estudiamos en inglés?

Esto no quiere decir que el desarrollo lingüístico de los alumnos de Aicle alcance necesariamente estándares similares a los de un nativo. Y lo mismo que estudiar Biología en inglés no nos convierte automáticamente en bilingües, tampoco existen evidencias de que estudiar a través de una lengua extranjera afecte negativamente al rendimiento académico.

Nuestro análisis comparativo de las definiciones te contenidos de Historia por parte de alumnos de 6º de primaria en inglés (segunda lengua) y en español (lengua materna) muestra que, aun habiendo recibido instrucción sobre esta materia en inglés desde 1º de primaria, estos alumnos son igualmente capaces de definir términos académicos en español y también muestran las mismas dificultades que en inglés. Es decir, usaban los mismos patrones (correctos o incorrectos) para definir la Revolución Francesa en inglés y en español.

Este resultado, por tanto, va en contra de algunas creencias públicas de que la educación bilingüe puede afectar a la expresión de contenidos académicos en la lengua materna de los alumnos.

El papel fundamental de los docentes

Aunque el rendimiento de los estudiantes variará según la exposición a la lengua fuera del aula, el papel de los profesores es de suma importancia. Son los docentes los que pueden facilitar que los estudiantes dominen tanto el contenido de la asignatura, reflejado en los conceptos y términos técnico-científicos (por ejemplo, mitosis y meiosis), como el lenguaje académico para describir los procesos científicos relacionados (por ejemplo, división celular).

Para ello, se realizan en clase actividades que hacen que los estudiantes articulen el significado de dichos términos y procesos. Por ejemplo, se utilizan preguntas de seguimiento para que el alumnado pueda elaborar sus respuestas, y así consolidar aprendizaje tanto del contenido como del lenguaje científico en inglés de forma reflexiva y crítica.

Una vez que los estudiantes han respondido a preguntas sobre qué, dónde, cómo y cuándo, es beneficioso que los profesores den un paso más allá, haciendo preguntas que muestren la capacidad del alumno de reflexionar de forma crítica sobre el contenido. Por ejemplo:

¿Por qué crees que la división celular descontrolada lleva a problemas como el cáncer?

¿Qué crees que sucedería si el ADN se replicara entre la primera y la segunda división meiótica?

El papel de la investigación

En esta área es fundamental que la formación de los docentes se base en los resultados de la investigación, como la que realiza nuestro grupo en colaboración con profesores de contenidos académicos en inglés.

Uno de los más recientes estudios que hemos realizado para entender sus criterios de evaluación ha mostrado resultados que no se esperaban. Uno de ellos es que, a pesar de no ser especialistas de lengua inglesa, los profesores de contenido (Historia, Biología, Arte) tendían a evaluar mejor un lenguaje gramaticalmente más complejo que un lenguaje funcionalmente más adecuado para expresar contenido en su asignatura.

Un caso ilustrativo es el de un estudiante que usó la estructura because if not (“porque si no…”) para justificar por qué es importante proteger el medio ambiente. Una de las profesoras elogió este uso como excepcionalmente ingenioso desde un punto de vista gramatical, sin reconocer el mérito del estudiante por haber proporcionado una justificación en la respuesta, o relacionar la estructura gramatical con su función para expresar razonamientos y justificaciones.

Pero es este último aspecto de la lengua (la capacidad de explicar y argumentar en ella) el que el profesor de contenido debería valorar principalmente dada su importancia para la correcta expresión de los conocimientos por parte de los estudiantes.

Probablemente es la propia experiencia de los profesores de contenido en su aprendizaje del inglés lo que los lleva a fijarse en la gramática y el vocabulario en sí, más que en el papel que juegan para construir buenas definiciones, argumentaciones, explicaciones, etc.

Esto muestra la necesidad de la formación del profesorado para trabajar más en el uso funcional de la lengua en relación con el contenido y los textos que los estudiantes deben dominar en cada materia. Estos hallazgos también resaltan la importancia de crear espacios de colaboración entre investigadores y educadores de distintas materias para mejorar el aprendizaje tanto de contenido como de lenguas extranjeras.

*  Nashwa Nashaat-Sobhy es profesor en Lingüística Aplicada, Universitat Politècnica de València

** Ana Llinares es catedrática de Lingüística Aplicada al Inglés-Especialista en Educación Bilingüe, Universidad Autónoma de Madrid