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Medellín: la ciudad en la que más se dicen groserías en Colombia

03/05/2024

Una reciente investigación llevada a cabo por Preply, una plataforma de aprendizaje de idiomas, arrojó luz sobre las dinámicas del lenguaje vulgar en Colombia, destacando cómo este componente lingüístico actúa no solo como una manifestación de la comunicación cotidiana, sino también como un reflejo de las diversas identidades culturales que coexisten en el país.

Este estudio, inédito en su enfoque y resultados, reveló que Medellín se posiciona en la cima del uso de expresiones consideradas como “groserías”, registrando un promedio de nueve “malas palabras” utilizadas por día por persona.

El análisis exhaustivo no se limitó a esta ciudad; se extendió a un total de 20 ciudades colombianas, determinando que tanto Manizales como Cali siguen de cerca a Medellín, con una media de ocho expresiones vulgares diarias por individuo.

Además, ciudades como Bucaramanga, Bello y Santa Marta muestran también cifras significativas, con alrededor de siete malas palabras por día.

Los jóvenes entre 16 y 24 años serían los más “groseros” en el país

Por otra parte, una dimensión particularmente interesante de este estudio es la correlación entre el uso de lenguaje vulgar y variables demográficas como la edad y el género. Se encontró que los jóvenes entre 16 y 24 años son los más propensos a incorporar malas palabras en su discurso diario, con un promedio de siete palabras al día.

Este grupo es seguido por las personas de 25 a 34 y de 35 a 44 años, con una media de cinco palabras diarias. Contrastando con estas cifras, la población de 45 años en adelante muestra un uso más moderado del lenguaje vulgar, lo que podría sugerir una variación en las percepciones culturales y la aceptabilidad de estas expresiones a lo largo de diferentes generaciones.

Mujeres serían más “groseras” que los hombres

El estudio no solo se detuvo en la identificación de la prevalencia del uso de malas palabras, sino que también profundizó en el contexto y dinámica social detrás de la elección de lenguaje. Curiosamente, se destacó que las mujeres superan a los hombres en el uso de malas palabras, con un 45,44% de ellas empleándolas más de cinco veces al día, en comparación con el 42,23% de los hombres.

Además, el informe examinó los ambientes donde los colombianos suelen recurrir a este tipo de lenguaje, revelando que la interacción social con amigos constituye el escenario principal, seguido de contextos más privados como el hogar o el carro. En contraste, el lugar de trabajo se presenta como un entorno donde el uso de malas palabras se minimiza notablemente.

El lenguaje dirigido hacia otros individuos revela patrones similares de confianza y camaradería, siendo los amigos y la propia persona los destinatarios principales de estas expresiones, mientras que colegas y parejas ocupan lugares posteriores en la lista.