Neanderthal: un sofisticado sistema de
comunicación oral
EFELos hombres de Neandertal tenían un sistema de comunicación oral muy «eficiente» y «rápido», y disponían de «un conjunto de adaptaciones anatómicas» relacionadas con el lenguaje, según sostienen los prestigiosos paleontólogos Juan Luis Arsuaga e Ignacio Martínez.El codirector del equipo de investigaciones del yacimiento de Atapuerca Juan Luis Arsuaga y el profesor titular de la Universidad de Alcalá de Henares Ignacio Martínez defienden esta tesis en un artículo publicado en el último número de la reconocida revista científica vasca «Munibe», recogido hoy por EFE.En esta publicación, ambos científicos mantienen que el linaje neandertal presenta características «relacionadas con una alta eficiencia en la comunicación oral» como su «elevada encefalización» y un desarrollo de las áreas de Broca y Wernicke (vinculadas con la producción y comprensión del lenguaje) «comparable» a las nuestras.Además, han constatado la presencia en el ADN neandertal de la variante humana del gen «FOXP2», «estrechamente relacionado con los procesos mentales involucrados en la producción del lenguaje».Han comprobado asimismo que en los neandertales la distancia entre los huesos vómer y occipital —relacionados con el habla— es «acortada» como en los homo sapiens, y que el hioides también corresponde al «tipo humano moderno, tanto métrica como morfológicamente», todo ello unido a un «patrón auditivo» similar al nuestro y que «permite un elevado flujo de información acústica».El conjunto de estos indicios relacionados con la capacidad de hablar puede ser explicado, según Arsuaga y Martínez, «recurriendo a diferentes hipótesis para cada uno de ellos» pero, a su juicio, resulta «más sencillo» admitir que tanto el hombre de neandertal como su predecesor, el homo heidelbergensis, «disponían de un sistema muy eficiente de comunicación oral».El hombre de Neandertal, que habitó Europa durante unos 300.000 años, coincidió en este continente con nuestra especie en un intervalo de unos 10.000 años hasta que finalmente se extinguió hace cerca de 30.000. Entre otros aspectos, esta especie se diferenciaba de nosotros por su menor talla y mayor corpulencia, además de poseer un cráneo muy característico en forma de balón de rugby con ausencia de mentón y un arco óseo sobre los ojos muy marcado.