Oír el lenguaje desde el vientre materno estimula el desarrollo lingüístico de los fetos
La hipótesis de la gramática universal de Noam Chomsky, propuesta en la década de 1950, sugiere que los niños tienen una capacidad innata para la adquisición del lenguaje, poniendo en entredicho la idea de que el desarrollo del lenguaje se debe únicamente a factores ambientales. Investigaciones recientes indican que la exposición al lenguaje en el útero influye en la función cerebral, aumentando la sensibilidad de los recién nacidos al lenguaje que escucharon prenatalmente. Estos nuevos conocimientos subrayan la importancia de la estimulación lingüística temprana para el desarrollo del lenguaje, y se sigue investigando cómo pueden afectar a este proceso experiencias atípicas como la prematuridad o las dificultades auditivas.
Benedetta Mariani, de la Universidad de Padua (Italia), y sus colegas se plantearon la hipótesis de que la actividad cerebral de los recién nacidos podría aportar pruebas del aprendizaje del lenguaje; en concreto, que la exposición al lenguaje en el útero tendría un efecto duradero en los procesos neuronales después del nacimiento.
Para comprobarlo, utilizaron la electroencefalografía (EEG) para monitorizar la actividad de las ondas cerebrales en 49 bebés de uno a cinco días nacidos de madres francófonas, antes, durante y después de escuchar grabaciones del cuento infantil Ricitos de oro y los tres osos en francés, español e inglés. Las grabaciones se presentaron en un orden semialeatorio, de modo que sólo algunos de los bebés escucharon en último lugar la versión francesa del cuento.
“Medimos hasta qué punto la actividad cerebral de los recién nacidos seguía siendo alta y compleja no sólo durante, sino incluso después de la estimulación con diferentes idiomas”, dice la autora principal Judit Gervain. “Descubrimos que durante varios minutos después de la estimulación con el idioma nativo francés, pero no con los idiomas desconocidos inglés y español, las respuestas cerebrales de los recién nacidos seguían siendo altas y tenían una organización parecida a la observada durante la estimulación”.
Los investigadores concluyen que el lenguaje experimentado en el útero altera la organización funcional del cerebro antes del nacimiento, aumentando la sensibilidad del recién nacido a los sonidos escuchados previamente. La cantidad o calidad de la exposición prenatal al habla probablemente no sea importante, dice Gervain, porque “todo lo que dice la madre se transmite al feto... por lo que naturalmente producen suficiente habla para que los bebés aprendan de ella”.
Estimulación lingüística
La voz de la madre se transmite al feto en forma de sonidos y vibraciones, mientras que otros sonidos, incluida la voz del padre, son filtrados con más fuerza por el entorno del útero y, por tanto, se transmiten con menos eficacia.
Los resultados del nuevo estudio son consistentes con hallazgos anteriores de que los recién nacidos prefieren las voces de sus madres, y que Los bebés de dos días prefieren su lengua materna. También destacan la importancia de la estimulación lingüística durante los primeros años de vida, ya que esto “sienta las bases para un mayor desarrollo del lenguaje”.
Los investigadores ahora están dando seguimiento a sus hallazgos investigando a bebés prematuros, sordos o con problemas de audición para ver cómo estas experiencias atípicas podrían influir en el desarrollo del lenguaje.