Opinión: Las lenguas originarias de África frente a las lenguas coloniales
Tanzania cuenta con 127 variedades lingüísticas locales
En vísperas del Día Internacional de la Lengua Materna, que se celebra el 21 de febrero, quiero recordar a mis compatriotas africanos que se cierne sobre el continenten y una amenaza muy grade de desaparición de lenguas.
Se calcula que África tiene 2.140 lenguas distintas, es decir, un tercio de todas las lenguas del mundo, a pesar de tener solo una séptima parte de la población mundial.
Unas cien de ellas están en peligro de extinción. Con la muerte de cada lengua, se pierde un pozo de conocimiento.
Ricos en lenguas, pero pobres en su uso
Entre los países con un número especialmente elevado de lenguas y variedades maternas se incluyen Nigeria, con 515, Camerún, con 274, la República Democrática del Congo, con 212, y Tanzania, con 125.
A pesar de su riqueza lingüística, la mayoría de los países africanos utilizan lenguas coloniales o el árabe como lenguas oficiales. Uno de los motivos son las fronteras artificiales impuestas por el colonialismo a muchas naciones africanas.
En algunos casos, estas encierran lenguas y comunidades dispares y, en otros, las fronteras separan a grupos lingüística y culturalmente similares. Cuando llegó la independencia, los líderes africanos tuvieron que decidir cómo unir a los diferentes pueblos dentro de estas fronteras coloniales heredadas.
La mayoría optó por adoptar una lengua colonial ―francés, inglés o portugués― con la finalidad de unificar, a pesar de que se trató de una opción históricamente inoportuna dados la división, la separación y el dolor que simbolizan estas lenguas europeas.
Tanzania ensayó un camino diferente
Unos pocos países tienen una lengua africana como idioma oficial. Ruanda tiene el kinyarwanda, Lesoto el sotho, pero uno de los ejemplos más conocidos es probablemente Tanzania, que eligió el kiswahili como lengua nacional.
El kiswahili, una de las principales lenguas banto que se hablan en África Oriental, es el idioma más hablado del continente africano.
Tanzania también adoptó el inglés como lengua oficial para la comunicación internacional y es común que alguien hable dos o tres lenguas en Tanzania: su lengua materna, o la que se habla en su pueblo, y luego el kiswahili y el inglés.
La adopción del kiswahili y del inglés también influye en el sistema educativo de Tanzania.
El inglés como barrera educativa
El aprendizaje en las escuelas públicas de primaria se realiza en kiswahili, mientras que a partir de la escuela secundaria y hasta la universidad, el sistema educativo cambia repentinamente al inglés.
Esto puede perjudicar seriamente el aprendizaje de quienes están poco expuestos al inglés.
Con el auge del kiswahili como lengua franca en Tanzania, los niveles de inglés en general están decayendo, pero los pobladores de zonas rurales o de barrios más pobres, que y tienen una exposición aún menor al inglés se ven especialmente desfavorecidas, lo que les lleva a obtener peores notas y, consecuentemente, menos oportunidades en el mercado laboral.
Estos desafíos han suscitado intensos debates en Tanzania sobre el uso del inglés.
Salvar las lenguas maternas africanas
El caso de Tanzania pone de manifiesto los retos a los que se enfrentan las principales lenguas africanas: por un lado, el uso de las lenguas africanas en los sistemas educativos podría mejorar los resultados de la enseñanza, pero por otro, esto requeriría que los países invirtieran en materiales educativos de calidad, así como desarrollar investigaciones que permitieran a los africanos aprender en sus propias lenguas en el nivel posprimario.
No digo que los africanos no deban aprender las lenguas europeas o el árabe, pero creo que es vital invertir en las lenguas propias antes de entender las ajenas.
El lenguaje no es solo una herramienta de comunicación, sino también parte de nuestra identidad. Para recuperar nuestra identidad específica africana, las naciones tienen que asegurarse de que la gente pueda aprender y comunicarse eficazmente en sus propias lenguas.
Hasta ahora, más de sesenta años después de que la primera nación africana obtuviera la independencia, nuestros países siguen siendo definidas según sus antiguas lenguas coloniales: se les llama naciones anglófonas, francófonas o lusófonas.
Espero llegar a ver algún día una África afrofónica que utilice eficazmente su riqueza y diversidad de lenguas.
En vísperas del Día Internacional de la Lengua Materna, que se celebra el 21 de febrero, quiero recordar a mis compatriotas africanos que se cierne sobre el continenten y una amenaza muy grade de desaparición de lenguas.
Se calcula que África tiene 2.140 lenguas distintas, es decir, un tercio de todas las lenguas del mundo, a pesar de tener solo una séptima parte de la población mundial.
Unas cien de ellas están en peligro de extinción. Con la muerte de cada lengua, se pierde un pozo de conocimiento.
Ricos en lenguas, pero pobres en su uso
Entre los países con un número especialmente elevado de lenguas y variedades maternas se incluyen Nigeria, con 515, Camerún, con 274, la República Democrática del Congo, con 212, y Tanzania, con 125.
A pesar de su riqueza lingüística, la mayoría de los países africanos utilizan lenguas coloniales o el árabe como lenguas oficiales. Uno de los motivos son las fronteras artificiales impuestas por el colonialismo a muchas naciones africanas.
En algunos casos, estas encierran lenguas y comunidades dispares y, en otros, las fronteras separan a grupos lingüística y culturalmente similares. Cuando llegó la independencia, los líderes africanos tuvieron que decidir cómo unir a los diferentes pueblos dentro de estas fronteras coloniales heredadas.
La mayoría optó por adoptar una lengua colonial ―francés, inglés o portugués― con la finalidad de unificar, a pesar de que se trató de una opción históricamente inoportuna dados la división, la separación y el dolor que simbolizan estas lenguas europeas.
Tanzania ensayó un camino diferente
Unos pocos países tienen una lengua africana como idioma oficial. Ruanda tiene el kinyarwanda, Lesoto el sotho, pero uno de los ejemplos más conocidos es probablemente Tanzania, que eligió el kiswahili como lengua nacional.
El kiswahili, una de las principales lenguas banto que se hablan en África Oriental, es el idioma más hablado del continente africano.
Tanzania también adoptó el inglés como lengua oficial para la comunicación internacional y es común que alguien hable dos o tres lenguas en Tanzania: su lengua materna, o la que se habla en su pueblo, y luego el kiswahili y el inglés.
La adopción del kiswahili y del inglés también influye en el sistema educativo de Tanzania.
El inglés como barrera educativa
El aprendizaje en las escuelas públicas de primaria se realiza en kiswahili, mientras que a partir de la escuela secundaria y hasta la universidad, el sistema educativo cambia repentinamente al inglés.
Esto puede perjudicar seriamente el aprendizaje de quienes están poco expuestos al inglés.
Con el auge del kiswahili como lengua franca en Tanzania, los niveles de inglés en general están decayendo, pero los pobladores de zonas rurales o de barrios más pobres, que y tienen una exposición aún menor al inglés se ven especialmente desfavorecidas, lo que les lleva a obtener peores notas y, consecuentemente, menos oportunidades en el mercado laboral.
Estos desafíos han suscitado intensos debates en Tanzania sobre el uso del inglés.
Salvar las lenguas maternas africanas
El caso de Tanzania pone de manifiesto los retos a los que se enfrentan las principales lenguas africanas: por un lado, el uso de las lenguas africanas en los sistemas educativos podría mejorar los resultados de la enseñanza, pero por otro, esto requeriría que los países invirtieran en materiales educativos de calidad, así como desarrollar investigaciones que permitieran a los africanos aprender en sus propias lenguas en el nivel posprimario.
No digo que los africanos no deban aprender las lenguas europeas o el árabe, pero creo que es vital invertir en las lenguas propias antes de entender las ajenas.
El lenguaje no es solo una herramienta de comunicación, sino también parte de nuestra identidad. Para recuperar nuestra identidad específica africana, las naciones tienen que asegurarse de que la gente pueda aprender y comunicarse eficazmente en sus propias lenguas.
Hasta ahora, más de sesenta años después de que la primera nación africana obtuviera la independencia, nuestros países siguen siendo definidas según sus antiguas lenguas coloniales: se les llama naciones anglófonas, francófonas o lusófonas.
Espero llegar a ver algún día una África afrofónica que utilice eficazmente su riqueza y diversidad de lenguas.
Traducido del inglés por Ricardo Soca.