Propuesta para un libro sobre Borges
EFELa viuda de Jorge Luis Borges, María Kodama, afirmó que le gustaría que se publicara una obra basada en los poemas originales del escritor y las posteriores modificaciones que incluyó en sus textos, la cual estaría dirigida a investigadores literarios.Kodama expresó ese deseo durante un encuentro con medios periodísticos en el Aula de la Caja Mediterránea (CAM) de Alicante, aen el que estuvo compañada por el ministro de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, Hernán Lombardi, y el director territorial de Obras Sociales CAM, Joaquín Manresa.Presidenta de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges. Kodama explicó que «Borges iba corrigiendo y corrigiendo los textos que hacía, y es muy interesante ver de qué manera y saber por qué fue cambiando esos textos». Añadió que cuando alguien lee los poemas de Borges y los puede comparar con la primera edición, cuando se escribieron, «se da cuenta de la diferencia, de cómo los ha ido puliendo con los años».Acompañada, además, por el alcalde de Monóvar, Salvador Poveda, Kodama viajó a Alicante para inaugurar la muestra El Atlas de Borges, que recoge una selección de 130 fotografías que la pareja se tomó durante varios viajes por Filadelfia, París, Roma, Buenos Aires, Estambul, Venecia, Ginebra y Creta, entre otros sitios. La exhibición puede verse hasta el 20 de marzo en la Casa Museo Azorín de Monóvar.El Atlas de Borgesse ha exhibido en Madrid, París, Praga, Zaragoza, Ginebra, Almería, Berlín, Palma de Mallorca, Fráncfort, Chile, México, Tokio, León y Quebec.Kodama se mostró «encantada» de llevar esta exposición a la Casa Museo Azorín, entre otras razones «por la relación que existió entre Azorín y Buenos Aires». Paralelamente, la CAM habilitó un espacio sobre la relación literaria y periodística que mantuvo Azorín con la Argentina.Durante la inauguración, Kodama relató que «los viajes no eran por placer, sino siguiendo el itinerario de las conferencias, premios o doctorados que a Borges iban dándole en distintos lugares del mundo». Y aclaró: «(Las imágenes) no se tomaron con el propósito de publicarlas o exhibirlas, sino que yo las tomaba por el placer de tomárselas a Borges».