Qué significa “ahorita” en México: la historia de una de las palabras más mexicanas
Tu mamá te pidió lavar los platos y no tienes ganas de hacerlo: “ahorita lo hago”. Tu jefe está molesto y quiere que comiences el trabajo “ahorita mismo”. Acabas de ver pasar a la ex de tu amiga y te pregunta cuándo la viste: “ahorita”. Ahorita es una expresión tan, pero tan mexicana, que resulta complicado de entenderla no solo para extranjeros, sino para los mismos mexicanos.
Y es que ahorita más que una palabra es un estilo de vida. Aunque parece broma, en el fondo no lo es tanto, pues tiene que ver con las raíces culturales y sociales de los mexicanos.
“Decir ahorita es algo casi tan mexicano como comer tacos”, así lo dice Laura García como conductora de un video de BBC News Mundo que intenta explicar cómo entender el ahorita. Según lo mostrado, las palabras utilizadas para marcar el tiempo y el espacio en cualquier idioma, desde la perspectiva del hablante, son conocidas como deícticos.
El significado de un deíctico depende del contexto y de la situación en la que se utiliza. Estas palabras vienen acompañadas de adverbios, demostrativos u otras palabras que hacen referencia a personas, lugares, tiempos y hasta objetos. La percepción temporal de lo que significa un deíctico puede variar mucho entre personas debido a diferencias culturares, lingüísticas y hasta experiencias personales.
Todos estos motivos son los que dan forma a por qué es tan complicado comprender el ahorita mexicano, pues puede significar muchas cosas. Más si tomamos en cuenta que esta palabra no figura en el diccionario de la Real Academia Española. Aunque su palabra base sí, que es “ahora”. Según la RAE:
“Ahora: [significa] a esta hora, en este momento, en el tiempo actual o presente”. El Diccionario del español de México, por su parte, define ahorita como un coloquialismo que significa tanto ‘ahora’ como ‘dentro de poco tiempo’.
Que la palabra base sea tan flexible complica las cosas desde el inicio. Esto empeoró cuando un mexicano en algún momento se le ocurrió añadirle diminutivo, dando forma a la primera vez que alguien en el mundo dijo “ahorita”. Se acuñó una nueva y significativa palabra. Según Laura García, hay dos cosas que caracterizan el uso del ahorita en el español mexicano:
“La obsesión lingüística de usar diminutivos para todo, la relación con nuestro pasado colonial y el mestizaje. El uso de los diminutivos no es solo una característica del español[...]. Lo usamos para señalar que algo es pequeño de tamaño o para demostrar afecto [...]. La clave está en el diminutivo, rompe el limite temporal [...] y pasa a ser algo casi vacío de significado. Que a veces necesita un doble diminutivo para demostrar urgencia: ahoritita.
Lo único claro aquí es que ahorita puede ser vacío, pero se puede llenar con cualquier significado que queramos: después, en dos horas, hace unos minutos, justo ahora. Es una especie de “magia lingüística” que muestra la flexibilidad del lenguaje. En muchos casos utilizamos el ahorita para demostrar negación, decir que no queremos hacer algo.
Rebelión colonial
Hay académicos, como Pablo Fernandez Christlieb, que piensan que “ese uso de la cortesía hablada” viene directamente de nuestro pasado:
“Cuando uno dice las cosas en diminutivo, uno tiene permiso de desobedecer al lenguaje, por lo tanto, de desobedecer las órdenes. ¿Cómo le dices que no a un español que está dando órdenes? Pues le dice uno que sí”.
Esta es una evolución particular del lenguaje mexicano que marca un verdadero hito respecto a cómo nos comunicamos, pues lograr que gran parte del país entienda a qué te refieres cuando dices “ahorita”, aún sin saber del todo si será en ese momento, en el futuro o nunca (o incluso algo que ya pasó) tiene su mérito.