Recuerdan a escritor mexicano crítico de la Real Academia
México, 22 sep (Fuerza Informativa Azteca) - Guerrero de las letras e incansable defensor de la lengua hispana, el mexicano Raúl Prieto, escritor, lingüista y dibujante conocido como Nikito Nipongo, quien con su columna periodística "Perlas Japonesas" pugnara por el buen uso del castellano, fue recordado la víspera a dos años de su fallecimiento. Conocido además por su maestría en los aforismos, que iban desde un "Todo llega a su destiempo" hasta "Exhumemos el Día de Muertos y enterremos el Halloween", Prieto recibió un merecido homenaje en las voces de la periodista Elena Poniatowska, su colega Jorge Meléndez y la escritora Beatriz Meyer. "El legado de Nikito Nipongo nos dice que somos lo que hablamos", señaló Poniatowska sobre el trabajo de este hombre que, según dijo, le regaló a México 50 años de un periodismo crítico y sincero, que "guillotinó" a políticos y líderes de opinión por su mal uso del lenguaje. Raúl Prieto, quien se definiera como "crítico de la estupidez", fue autor de una de las denuncias más ácidas con sus obras "Madre Academia" y "Vuelve la Madre Academia", en las que cuestionó la ortodoxia gramatical con la que la Real Academia de la Lengua estudia y promueve el uso del castellano. "Nikito se reía de los intelectuales que decían hablar y escribir correctamente", recordó la autora de "Hasta no verte Jesús mío" y "Tinísima" sobre la labor del periodista que, comentó, escogía lo mal dicho en los discursos políticos y señalaba sus errores, que él calificaba como "auténticas burradas". En opinión de la Asociación Mexicana de Profesionales de la Edición, organizadora del acto, el autor de "Perlas Japonesas" orientó e hizo reflexionar a la población de los años 50 hasta los 80 sobre el buen uso de la lengua y el manejo tramposo que de ella hacen la clase política y algunos medios de comunicación. Con ello coincidió el periodista Jorge Meléndez, quien añadió que Raúl Prieto mostró sus faltas lingüísticas "a quienes se pavoneaban de un buen escribir", hecho que le valió el desprecio de la Real Academia de la Lengua, "su enemigo jurado". "Cómo hace falta Nikito Nipongo para mostrarle el buen camino a los políticos y a los líderes de opinión", expresó Meléndez sobre la utilidad del trabajo del homenajeado, que en sus propias palabras, ayudaría a erradicar la "ignorancia enciclopédica" de algunos integrantes de la clase política y mediática de este país. En 18 obras, entre las que destacan "La Lotería" y "Nueva Lotería", volúmenes sobre aforismos, "Pemex muere", "Álvaro Obregón resucita", "México en la cultura", "La Urraca" y "La pluma contra la pared", Raúl Prieto utilizó de manera magistral el castellano para referirse a sucesos varios con los que además desentrañó el origen de las palabras. La columna periodística "Perlas Japonesas" lo dio a conocer en México y Latinoamérica, escrito con el que Nikito Nipongo no sólo presentaba los dislates de quienes decían utilizar correctamente la lengua de Cervantes, sino también daba lecciones de historia y analizaba el génesis de palabras en español, italiano, francés y alemán. Beatriz Meyer, discípula de Raúl Prieto, autora y ex directora de la Escuela de Escritores de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem) en Puebla, recordó a su maestro como "uno de los más terribles defensores de su idioma", quien la encaminó hacia la elegancia y pureza del uso de la lengua. "Ríspido, altisonante, comprensivo, la encarnación de la fatalidad, Nikito Nipongo se convirtió en uno de esos personajes que siempre dejan huella en la gente", opinó la autora de "Para sortear la noche" y colaboradora de diversos periódicos y revistas. Célebre viñetista, Prieto es recordado además por sus memorables personajes como "Trinito Tolueno", "La secre Macuca Toluca", "La Bruja Lisco", "Don Hechounperro" y "El Abogado Patalarga", entre otros, con los que elaboró caricaturas cuyo propósito consistió en reeducar a los mexicanos sobre el uso correcto de su lenguaje. Al homenaje también asistieron Belit Prieto Villanueva y Rodrigo Ariza Prieto, nietos de Nikito Nipongo, quienes leyeron algunas cartas que su abuelo escribiera a su gran amigo el escritor Gutierre Tibón, además de una serie de aforismos, que con sentencias como "La vida de muchos cómicos no tiene chiste", aderezaron la velada.