Reforma del portugués no es bien recibida
Global VoicesDescrito por el poeta brasileño Olavo Bilac como “la última flor de Lacio, salvaje y bella”, el idioma portugués está a punto de cambiar. A partir del 1 de enero del 2009, la reforma de su ortografía empieza a implementarse en Brasil por un periodo de adaptación de cuatro años hasta que las nuevas reglas sean completamente aplicadas. A la larga, las mismas reglas se implementarán en Portugal, donde los cambios serán introducidos durante los siguientes seis años, y también en otros seis países donde el portugués es un idioma oficial: Angola, Cabo Verde, Timor Oriental, Guinea-Bissau, Mozambique, São Tomé y Príncipe.Siete de ocho países de habla portuguesa suscribieron el último acuerdo ortográfico portugués en 1990. Pretende unificar los dos parámetros ortográficos actuales y su intención era que entrara en vigor después que todos los países signatarios lo hubieran ratificado. Sin embargo, a finales de la década solamente Brasil, Cabo Verde y Portugal lo había hecho, aunque en Portugal el cambio recién se volcó en una ley en mayo del 2008. Brasil, que tiene cerca del 80% de los hablantes de portugués del mundo, es el primero en implementarlo.Los cambios en la ortografía afectarán a cerca del 1.6% de las palabras en la norma europea (también adoptados en África) y 0.5% en la ortografía brasileña. A lo largo del mundo lusófono, muchos lingüistas, filólogos, políticos, periodistas, escritores, traductores– y por supuesto bloggers – no entienden totalmente la necesidad, o están de acuerdo con, el tratado internacional que tiene la intención de mejorar la condición internacional del idioma por medio de una única ortografía oficial. El debate es acalorado, pero la mayoría de los bloggers parecen estar en el mismo lado.Empezemos con las dos peticiones de Portugal (1 y 2) que reunen miles de firmas y hacen un llamado a la suspensión de la implementación, que están en evaluación por la Asamblea Nacional. Ahí, la reforma es percibida como un “abrasilamiento” del idioma sin ninguna ventaja real para los otros países. También se alegó que las reglas de la nueva ortografía discrepan con la manera en que los portugueses pronuncian las palabras. Un ciudadano portugués que ha crecido en Macau, Ricardo José [pt] ha tomado una decisión extrema:
Un país no es un himno nacional ni el diseño de una bandera. Un país es su idioma y cultura. Y si un grupo de políticos reclama el derecho de interferir con un idoma que es mío, en contra de lo que caracteriza la cultura de los ciudadanos de un país, sirviendo a los intereses de otro [pueblo] que el portugués, entonces los rechazo, porque ya no son políticos de Portugal. De ahora en adelante, si este acuerdo no tiene marcha atrás, mi voto será siempre público y siempre será el mismo: votaré en blanco.
De hecho, para lo que es conocido como el portugués brasileño, los cambios se mantendrán al mínimo, y algunos bloggers ya los han adoptado [pt]. Sin embargo, la mayoría de personas tampoco están contentas con la reforma. Un doctor del idioma portugués, Marcelo Leite [pt], por ejemplo, parece estar de acuerdo con las opiniones del blogger citado arriba, además que la reforma fue un acuerdo que tiene mucho más que hacer con intereses políticos y económicos que con asuntos de idioma.
En verdad, hemos hecho que la comunidad lusófona se trague la mayoría de las reglas para unirse en nombre de una unidad lingüística que, como el Godot de Beckett, ha estado esperando debajo de un árbol. Podemos escribir de la misma manera, pero lo que nos hace tan distantes, tan diferentes, no está tanto en la ortografía de las palabras sino en una herencia cultural que, aparte del idioma, nos separa mucho más que un océano. Y creo que esta diferencia es lo genial.
Eugênio Costa Almeida [pt], desde Angola, está de acuerdo con el blogger brasileño en que un juego de poder es lo que hay acá y se pregunta cómo puede implementarse esta reforma en África, prolífica en idiomas:
Cómo se sacará la CPLP [Comunidad de Países de Lengua Portuguesa] esta botas tan ajustadas, cuando hay países que todavía no han ratificado la nueva ortografía, como Angola y Mozambique, considerando que el primero, a diferencia de Mozambique y Guinea-Bissau, tiene casi más hablantes de portugués que de sus idiomas nacionales.
Hablando de Mozambique, Nyikiwa [pt] pensó que el país no debería tomar modelos que muchas veces no están de acuerdo con su realidad:
El tema de la reforma ortográfica, creo, muestra claramente que la población no ha sido consultada ni escuchada. La población solamente sirve para votar. De hecho, los que ratifican los documentos, ya sea a nivel nacional o internacional, son líderes que ignoran el hecho que hay diferentes culturas y diferentes actitudes dentro de una nación que es aparentemente homogénea, ¿qué hay entre pueblos de diferentes culturas y comportamientos? Creo que es tiempo, antes de proseguir con tales acuerdos, de escuchar al pueblo y que sus ideas sean expresadas.
Virgílio Brandão [pt], desde Cabo Verde, tampoco está demasiado contento - el blogger también dice que además de Portugal y Brasil, los otros países de habla portuguesa no han hablado en el proceso - como si “estos otros hablantes no existieran”:
No hay señores ni dueños del idioma; ni se necesita, para decir la verdad, un acuerdo ortográfico como el que están intentando imponer en las comunidades de habla portuguesa. Porque, hasta que me demuestren lo contrario, la diversidad es altamente deseable. Es por esa razón - para que nos estemos atados a un deseado y subrepticio imperio del idioma - que el idioma caboverdiano sea implementado como el idioma de trabajo a nivel internacional. Si somos independientes, deberíamos serlo en todo, ¡caramba! El que no tenga el coraje de hacer lo necesario, debería darle paso al que sí lo tiene. Es, para el pueblo caboverdiano, un tema mucho más importante de lo que parece.
El portugués es un idioma romance que se origina en lo que ahora es Galicia y el norte de Portugal. Durante el imperio colonial portugués, el idioma se esparció alrededor del mundo: desde Brasil a Goa a Macau, en China, donde todavía es uno de los idiomas oficiales. Actualmente, el portugués ocupa el sexto lugar en una lista de idiomas según la cantidad de sus hablantes nativos, lo que lo hace uno de los principales idiomas del mundo, con un estimado de 240 millones de hablantes en virtualmente todos los continentes. Lo habla cerca de 187 millones de personas en Sudamérica, 17 millones en África, 12 millones en Europa, 2 millones en Norte América, y 0.61 millones en Asia.