Se viene el nuevo diccionario costarricense
Usted encontrará “hacerse el maje”, “amarrar el perro”, “comer gente” o “vérsela a palitos”: todo dependerá de la página que lea pues aquellas expresiones ticas vivirán pronto en un diccionario de frases que elabora un grupo de profesores de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Se trata del Diccionario fraseológico del español de Costa Rica , uno de varios que se han terminado o que están en marcha gracias al trabajo de lingüistas y colaboradores del Programa de Estudios de Lexicografía (ELEXHICÓS), unidad de trabajo adscrita al Instituto de Investigaciones Lingüísticas. Este es parte de la Facultad de Letras de la UCR.
Víctor Manuel Sánchez Corrales e s el director del Programa, que tiene a su cargo el más ambicioso intento de crear diccionarios basados en el habla de Costa Rica y en las necesidades de los estudiantes de los niveles preescolar, primario y secundario del sistema educativo.
En nuestro país se han publicado buenos diccionarios de costarriqueñismos, como los de Arturo Agüero Chaves yMiguel Ángel Quesada Pacheco , pero, esta vez, los futuros lexicones obedecen a un proyecto más vasto.
Se ha terminado ya la investigación básica para los diccionarios de educación preescolar y primaria, y el diccionario de la lengua española para la educación secundaria.
Además, se han elaborado diccionarios de secundaria con términos propios del estudio del idioma español y de las matemáticas. Muy avanzado está el relativo a Estudios Sociales. Así, tales libros contienen términos y definiciones de un campo específico de estudios, como “verbo” y “adjetivo”, o como “número” y multiplicación”.
Las palabras definidas se llaman “entradas”; se extrajeron de los programas oficiales de las respectivas asignaturas, de los libros de texto y de las guías de estudio. Las acepciones (significados) no son copias de otros diccionarios porque fueron redactadas por los lingüistas del Programa. Aún faltan crearse los diccionarios de otras disciplinas.
Apoyo a estudiantes. “Pensamos en cómo apoyar el sistema educativo. Está en proceso de ‘colgarse’ el Diccionario de la lengua española para la educación secundaria en la página del Programa de Lexicografía en Internet. Así podrá llegar a todos los estudiantes que tengan acceso a la Red. Después se imprimirán los libros”, dice Víctor Sánchez, también catedrático de la UCR y miembro de laAcademia Costarricense de la Lengua .
Todos los diccionarios se pondrán en Internet de modo que los lectores puedan escribir comentarios que eventualmente lleven a modificar los contenidos.
Las entradas (palabras definidas) del Diccionario de la lengua española (para la educación secundaria costarricense, DILES) se tomaron de escritos de jóvenes del tercer y del quinto años de secundaria en todo el país. Se trascribieron y procesaron miles de textos. Para ello se creó el programa informáticoInlexpo que diferenció los significados; por ejemplo, se separaron las acepciones de la palabra ‘coma’: como signo de puntuación o como forma del verbo ‘comer’.
El programa también indicó la frecuencia del uso de una palabra y su dispersión; es decir, cuántas veces y en qué contextos aparecen esos vocablos: política, economía, deporte, temas educativos, etc. Las palabras más importantes son las que se presentan con mucha frecuencia y en contextos numerosos (ofrecen mayor dispersión).
“Partimos de textos reales: por esto no es antojadiza la nomenclatura escogida; es decir, las palabras que se eligieron para definirse”, aclara Sánchez. “Falta concluir el diccionario de costarriqueñismos, y debe comenzarse el diccionario fraseológico”, añade quien también fue profesor de griego y latín en la UCR.
Tiquismos. A todo esto, ¿qué es un diccionario fraseológico? Es el que recoge las frases más comunes y propias de un grupo social o de un país. Por esto, un diccionario fraseológico costarricense debe incluir frases como “amarrar el perro” y “comer gente”.
“Una frase es una construcción de dos o más palabras simples, cuyo significado no se obtiene sumándolas pues juntas expresan un significado nuevo”, indica Víctor Sánchez.
Las frases se eligen a partir de propuestas formuladas por los investigadores, y se justifican con documentos (periódicos, libros, etc.) donde aparecen tales expresiones.
En Costa Rica aún no hay diccionarios fraseológicos.
Asimismo, desde hace quince años, el Programa de Estudios de Lexicografía trabaja en un diccionario de costarriqueñismos y prevé terminarlo en el año 2016.
“Este será un diccionario contrastivo porque las palabras definidas presentan algunas diferencias con los usos de otros países: pueden ser diferencias de pronunciación, escritura, significado o particularidades de usos. Por ejemplo, en Costa Rica se emplea el término ‘faja’ para designar la correa, pero ‘correa’ es el uso habitual en España y otros países hispanohablantes”, explica Sánchez y añade:
–Otro caso es la unidad pluriverbal ‘pura vida’: un costarriqueñismo, no por su origen, sino por su uso como adjetivo, adverbio o fórmula de saludo: “Es un chavalo pura vida”, “Estoy pura vida”, “¿Pura vida?”.
Identidad. Según expresa Sánchez, el lexicógrafo –el experto en diccionarios– debe conocer la sociolingüística y otras disciplinas que trascienden el campo estricto de la lingüística para que precise cuáles son los usos de las palabras. Por ejemplo, debe saber si la palabra ‘disquete’ es obsolescente (caduca), juvenil, coloquial, formal, técnica, etcétera. ¿Qué hacen ante una palabra malsonante o que podría ofender a ciertas personas?
–La incluimos, pero le añadimos una marca que guíe al lector: coloquial, despectiva, malsonante... Estas son “marcas metalingüísticas”. No rechazamos las palabras porque los diccionarios recogen el habla real.
–¿Se ponen marcas también para el llamado “lenguaje inclusivo”?
–Sí. Por ejemplo, oí una vez la palabra ‘valienta’. No es usual, pero, si su empleo se extendiese, habría que ponerla en un diccionario con la marca de “lenguaje inclusivo”.
En el Programa de Estudios de Lexicografía trabajan pocas personas; en forma permanente, Gabriela Ríos González, Mario Hernández Delgado, Antonio Leoni de León, Marielos Murillo Rojas y Víctor Sánchez. Sergio Cordero Monge se reintegrará luego de terminar su doctorado en lexicografía en Barcelona.
El Programa también forma profesionales en lexicografía y en metalexicografía (la teoría que estudia la creación de diccionarios). El Programa colabora con los estudios de posgrado mediante la dirección de tesis de maestría, y ha realizado siete coloquios de lexicografía con invitados extranjeros.
El Programa no se ocupa de las lenguas indígenas ni del criollo limonense, pero estas son materia de trabajo de otros profesionales del Instituto de Investigaciones Lingüísticas.
Los diccionarios no solo son libros: son una expresión de identidad puesta en orden y por escrito. “Si los costarricenses no estudiamos los usos lingüísticos que nos identifican, ¿quién lo hará? Nuestra habla es uno de nuestros retratos”, finaliza Víctor Manuel Sánchez Corrales.