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Si hablas mandarín, tu cerebro es diferente

07/03/2015

 

Vox Populi

 

Un estudio con hablantes nativos en inglés y chino mandarín muestra diferencias en la conectividad cerebral no apreciadas hasta ahora. El resultado indica que las lenguas tonales (en las que el tono indica diferentes significados) activa áreas diferentes de las lenguas no tonales.

La historia del estudio del lenguaje en el cerebro comienza en 1861 cuando el médico francés Paul Broca se interesó por un paciente del Hospital Bicêtre al que habían bautizado como "Tan", ya que era incapaz de articular otra palabra que esa. En los estudios postmortem que hizo más adelante, Broca se dio cuenta de que los pacientes con problemas de expresión similares a "Tan" tenían en común un daño en el área que ahora lleva su nombre.

Desde entonces, se tiene claro que determinadas zonas del cerebro, como el área de Broca o el área de Wernicke juegan un papel esencial en la expresión y entendimiento del lenguaje respectivamente y que estas funciones son comunes en todas las lenguas del mundo. Cuando un paciente sufre una isquemia en el hemisferio izquierdo del cerebro, es habitual la aparición de afasias de distinto tipo que imposibilitan a la persona entender lo que le dicen o expresarlo, aunque lo pueda pensar con claridad.

El equipo de Jia-Hong Gao, de la Universidad de Pekín, acaba de presentar un trabajo que añade nuevos datos en lo que se refiere a la diferencias de conectividad en distintas lenguas. Para el trabajo, publicado esta semana en la revista PNAS, los investigadores reclutaron a 26 hablantes nativos en inglés y 30 hablantes nativos de chino mandarín y monitorizaron su actividad cerebral mediante resonancia magnética funcional mientras hablaban y escuchaban su idioma.

El resultado de las pruebas es novedoso y sorprendente porque encontraron dos diferencias desconocidas hasta ahora en la forma en que el cerebro gestiona ambos idiomas. La primera es en la forma en que se conectan las dos áreas fundamentales de las que hemos hablado. Según este estudio, los hablantes en inglés tienen una mayor conectividad entre ambas zonas, lo que atribuyen el mayor peso de la información fonológica, basada en sonidos más que en tonos. En los hablantes de chino mandarín, sin embargo, cada tono de cada fonema hace variar el significado de las palabras, lo que podría explicar la mayor conectividad encontrada entre la circunvolución temporal anterior superior, que juega un papel importante en la interpretación de los significados.

La segunda diferencia importante es que las resonancias mostraron un área activada en el hemisferio derecho, pero solo entre los hablantes en chino mandarín. Esta zona (el polo derecho temporal superior) se consideraba hasta ahora al margen de la actividad relacionada con el lenguaje, por lo que el trabajo aporta una novedad y señala, especialmente, la diferencia en la bilateralidad en función del lenguaje materno, cuya clave podría estar en la naturaleza tonal del chino mandarín.

La cuestión que está ahora encima de la mesa es si los lenguajes reclutan diferentes áreas cerebrales en función de su naturaleza tonal o no tonal, en cuyo caso, el cerebro de un hablante de chino mandarín y un castellano parlante, por ejemplo, funcionarían de forma sutilmente diferente al expresarse y comprender las palabras. El papel del hemisferio derecho, en una función como el lenguaje en que predomina el izquierdo, también abre nuevas incógnitas que pueden dar pie a nuevos hallazgos.

 

Referencia: Cross-language differences in the brain network subserving intelligible speech (PNAS)