Simonetti y Campos presentan obras ganadoras premio Casa América
Madrid, 26 sep (EFE).- El escritor chileno Marcelo Simonetti y el poeta mexicano Marco Antonio Campos presentaron este lunes las obras con las que, respectivamente, resultaron ganadores de la VI edición de los premios Casa de América de Narrativa y V de Poesía.Los galardones, dotados de 6.000 euros cada uno, recayeron en la novela "La traición de Borges", de Marcelo Simonetti, y en el poemario "Viernes en Jerusalem", de Marco Antonio Campos.Simonetti (Valparaíso, 1966) se mostró "encantado" de poder publicar en España, "una meta para cualquier escritor iberoamericano", dijo, y poder hacerlo además con una obra que quiere rescatar el lado menos conocido de Borges, "por ejemplo su agudo sentido del humor", y en la que "se le hacen guiños constantemente como un pequeño homenaje, aunque sea de un modo un tanto enrevesado".El también periodista deportivo y guionista afirmó que su intención fue "bajar un poco a la tierra la estatura casi divina que había adquirido la figura de Borges en los últimos años" y, para ello, recurrió a una trama en la que un hombre se hace pasar por el propio autor de "El Aleph"."Habla de la suplantación, de la simulación, de querer ser otra persona hasta el grado de rozar la obsesión", explicó, algo muy presente en esta la sociedad de principios de siglo, "en la que la imágenes tienen un peso tan grande que llegan a abrumar al ciudadano de a pie"."La traición de Borges", primera novela de Simonetti, habla además de los sueños futuros incumplidos: "La única utopía que nos queda es precisamente tener una", dijo.Por su parte, el poeta mexicano Marco Antonio Campos resultó elegido entre cerca de 420 autores por su "Viernes en Jerusalem", un compendio de poemas "sobre la infancia, la huella que dejan los viajes y el interrogatorio continuo a la poesía", explicó.Concretamente, el texto que da título al volumen nació de su estancia en la ciudad israelí como profesor universitario, si bien quiso dejar claro que "las imágenes religiosas que aparecen no han servido como camino, sino como fuente de metáforas".El mexicano (1949) se definió como un autor de "un sólo poema vital", detrás del cual se esconden otros muchos, "incluso muy distintos entre sí, pero que guardan en el fondo una unidad temática y tonal"."Creo en una poesía sencilla en su forma pero compleja en sus contenidos", explicó el profesor universitario y autor de "Los resplandores del relámpago" (2000). "Si un texto no resiste el paso del tiempo, entonces no es poesía", afirmó.Calificó así de "insoportables" la poesía de atmósferas, "en la que no se entiende nada", afirmó, y la "demasiado obvia" del otro extremo, "que suele coincidir con la de los regímenes socialistas como el cubano o con los regímenes autoritarios de la derecha, cuya lírica queda aplastada por la narrativa".