Treinta años de la muerte de
María Moliner
RTVE«Mi único mérito es el diccionario», declaró María Moliner cuando fue presentada como candidata al sillón de la RAE, pero no fue éste el único reconocimento en la vida profesional de esta lexicógrafa.Moliner tuvo una gran actividad en el frente cultural durante la República y en plena Guerra Civil. Trabajó en las Misiones Pedagógicas, que querían sacar a los españoles de siglos de incultura, y fue una de las responsables de un plan de bibliotecas de Estado que jamás vio la luz al perder la guerra la República.Se cumplen 30 años de la muerte de esta autora, «la mujer que escribió un diccionario», titularía Gabriel García Márquez en un artículo publicado tras su muerte en 1981, y 45 años de la publicación de esta joya de la lexicografía.Moliner, la señora de las palabras«Cogí un lápiz, una cartilla y empecé a esbozar un diccionario que yo proyectaba breve, unos seis meses de trabajo, y la cosa se ha convertido en 15 años», declaró María Moliner cuando presentó su obra. El escritor Gabriel García Márquez diría: es «el más completo, más útil, más acucioso y más divertido diccionario de la lengua castellana».La autora se propuso hacer de él «una herramienta total» del léxico, poniendo a disposición del usuario no sólo la definición de cada uno de los sentidos de la palabra, sino información sobre sus construcciones con preposición y sobre sus complementos habituales, notas sobre su uso, listas de sinónimos, es decir, servía al lector, tanto la posibilidad de comprender como la de expresarse (Manuel Seco, miembro de la RAE).«El Moliner», como se le conoce, introdujo además una nueva ordenación alfabética al considerar las letras (CH y LL) como simples, una decisión que la Real Academia no adopta hasta 1994.Quién era María MolinerLa biógrafa de María Moliner, María Antonia Martín Zorraquino, diría que en los primeros años de la publicación del Diccionario de Uso del Español, el aplauso a esta lexicógrafa no pasaba de ser minoritario y, todavía en 1984, era una verdadera desconocida para la mayoría, incluida los filólogos.Resultó inútil que Rafael Lapesa, maestro de la autora, apadrinara su candidatura a ocupar un sillón de la Academia en 1972; de haberse cumplido, hubiera sido la primera mujer académica. «Mi único mérito es el diccionario», confesaba la autora, que quizá no quería, todavía en plena dictadura, contar su actividad en el frente cultural durante la República y en plena Guerra civil.María Moliner fue durante medio siglo historiadora, bibliotecaria y archivera. A los veintidós años ya era funcionaria de Archivos y Bibliotecas, en Simancas, y poco después en Murcia. Su interés por la cultura era incansable y su matrimonio con Fernando Ramón (catedrático de Física y hombre liberal y con conciencia social como ella) despertó aún más su curiosidad.Durante la República, María Moliner trabajó en las Misiones Pedagógicas y fue una de las responsables del proyecto y puesta en marcha de la bibliotecas populares.En 1946 retoma su actividad como bibliotecaria, tras ser represaliada por el franquismo al igual que su marido. Seis años mas tarde, en 1952 comenzó su gran obra, que empezó a simultanear con su trabajo. Se inspiró en el 'Learner's Dictionary' inglés.María Moliner nació con el siglo en Paniza y su familia se trasladó a Madrid en 1904. Su vida no fue fácil, cuenta su hijo Fernando en 'Fin de siglo' de RNE pues el padre abandona el domicilio y ella se ve obligada a trabajar para ayudar en la economía familiar. No estudió en la Institución Libre de Enseñanza, subraya su hijo, aunque sí fue alumna de Américo Castro en la Universidad.Esta mujer, sobria y discreta, fue una de las primeras universitarias españolas y pudo ser la primera académica en los 200 años de esta institución.