WhatsApp y el SMS no empeoran la
ortografía
El Día¿Mito o realidad? Contrariamente a lo que generalmente se cree, un estudio difundido en los últimos días asegura que el lenguaje SMS no empeora la ortografía de los adolescentes. Luego de que dos universidades analizaran miles de mensajes de texto, los investigadores concluyeron que enviar este tipo de escritos o chatear utilizando alteraciones o contracciones de palabras no tiene influencia en la ortografía de los estudiantes, sino que es su nivel de ortografía el que determina el tipo de faltas. Lejos de despejar dudas, sin embargo, el flamante estudio vino a echar más fuego a un debate que parece crecer al ritmo de las nuevas tecnologías, cuyo lenguaje para muchos expertos es origen de los problemas ortográficos y semánticos de los jóvenes de hoy. ¿Es así? El nuevo diagnóstico sobre el tema surge de un estudio científico difundido por el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS), con sede en París, cuyo objetivo fue dar una respuesta a la creencia extendida de que utilizar esas palabras alteradas y contracciones o abreviaturas lleva a que los adolescentes cometan luego más faltas de ortografía al escribir fuera del ámbito del mensaje de texto o de chat.Este tipo de escritura, se sabe, se ha extendido a través de los varios canales de comunicación que se usan en la actualidad, como los distintos servicios de mensajería o redes sociales. Sin embargo, no son pocos los expertos que consideran que el estudio no refleja fielmente lo que ocurre en la realidad. Una de esas voces es la de la profesora platense Teresita de Antueno, docente de lengua y castellano y para quien el lenguaje que se aplica en las nuevas tecnologías “contribuye a empobrecer la ortografía de los más chicos, aunque no es un problema que atraviesen sólo los adolescentes sino también los adultos”. En opinión de la profesora local, “los chicos suelen tener poca memoria visual y actualmente tienen serios problemas para retener las reglas ortográficas. Los SMS o las conversaciones de chat, de ritmo veloz, ayudan a que esa ortografía no mejore sino por el contrario: que se naturalice a pesar de los errores”. Para llevar a cabo el estudio, investigadores de las universidades de Poitiers y de Tours analizaron 4.524 mensajes de texto de la vida cotidiana de 19 jóvenes de 12 años que ni tenían ni utilizaban teléfono móvil antes. Durante un año, los científicos fueron clasificando los SMS que enviaban los jóvenes en función de su densidad de “textismos”, es decir, de palabras adaptadas a la escritura corta de un mensaje de texto, al tiempo que distinguían entre los que se asemejan a las palabras de origen y los que no. Según explicaron, el estudio demostró que “la práctica de los SMS o mensajes de texto no tiene influencia en la ortografía de los estudiantes” sino que es “su nivel en ortografía el que determina el tipo de faltas presentes en los mensajes”, indicó el CNSR. En el comienzo del estudio, es el nivel en ortografía tradicional de cada niño el que determina la forma de los menajes que envía, y no a la inversa. Los investigadores concluyeron que un año más tarde, en el final del estudio, no existe “ningún vínculo entre el nivel en ortografía tradicional y los SMS enviados”, salvo el hecho de que quienes más adaptan su escritura al lenguaje de móvil son los jóvenes que mejor nivel tienen en ortografía tradicional.