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Good bye, RAE

07/07/2014

Miguel Molina Días, La lengua castellana está viva. Habita y recorre 35 países, siendo en 20 de ellos el idioma oficial. Una enorme diversidad de acentos, pronunciaciones, localismos y palabras evolucionadas hay en cada uno. Esa es, justamente, su riqueza. El castellano nos pertenece íntimamente a los latinoamericanos. Ya lo dijo el polémico Fernando Vallejo al notar que España tiene algo más de 40 millones de habitantes, mientras la América Latina se habla en 19 naciones con más de 300 millones.Por eso se vuelve impresentable depender de las directrices de la Real Academia de la Lengua. Incluso muchos españoles cuestionan la existencia del sistema monárquico, resulta una paradoja guiarnos por las verdades absolutas de la RAE, la más monárquica y colonialista de las instituciones.El presidente de honor de la Academia es el rey Felipe VI y reglamentariamente es el encargado de presidir las sesiones de incorporación de los nuevos académicos. Sus miembros principales son los 46 académicos de número de nacionalidad española, incluyendo a Vargas Llosa que posee la doble nacionalidad. ¿Quién nos representa?Nadie. Y no nos hace falta. El inglés no tiene una Academia que lo norme. Y sigue allí, limpio y poderoso como cuando Shakespeare lo utilizó para hacerlo más bello. Vallejo acertó al entender que en este punto ya no se puede hablar de ‘americanismos’. Nuestras palabras se han incorporado con absoluta naturalidad al castellano vivo que usamos. Lo que hay es ‘españolismos’. Y algunos muy bellos.Guiarnos por la RAE implica sucumbir a ese pensamiento colonial que intenta abrirse paso en el mundo globalizado. El castellano, la maravillosa lengua de Cervantes, García Márquez y Borges, es un territorio libre y no requiere de anquilosadas instituciones para existir.