Inventan nuevo nombre para la lengua de
Aragón
Teresa Cerdà, La Vanguardia Leyendo las noticias referentes a la ley de Lenguas que aprobó el jueves el Gobierno de Aragón, y que dará al idioma que se habla en la Franja el nombre de lapao (lengua aragonesa propia del área oriental), me he dado cuenta de que a la vez que sonreía, por lo absurdo de la cuestión, sentía pena. Soy leridana y tengo amigos de la Franja. Además, por cercanía, muchas veces me he acercado a las poblaciones del área oriental de Aragón para hacer gestiones, y nunca he tenido problemas para comunicarme, ya fuera utilizando el castellano, el catalán o, por lo visto, el lapao. Personalmente, no me importa que la lengua en la que me esté expresando se llame catalán, mallorquín, valenciano o lapao. De hecho, y siendo un poco irónica, también podríamos reivindicar una lengua diferente para Lleida, ya que el catalán que hablamos es distinto al que se habla en Girona, Tarragona o Barcelona. Creo que con la cantidad de problemas que ya tenemos para entendernos, sólo nos falta ahora que ni tan siquiera hablemos el mismo idioma. Si no hubiera tanto paro, corrupción, etcétera, entendería que los gobernantes se dedicaran a darles nombres raros a todos los dialectos que se hablan en el país, pero no es el caso. Además, ¿se ha parado alguien a pensar en el coste que tendrá este cambio? Porque supongo que se deberán hacer notificaciones para informar a las instituciones del cambio, adecuar documentos administrativos a dicho lenguaje, y no digamos el gasto que puede tener el cambiar los carteles públicos o incluso la enseñanza del nuevo lapao. ¿No sería más lógico destinar todo el dinero que haya podido costar esta nueva ley y sus repercusiones a pagar las deudas que tiene el mismo Gobierno de Aragón?