El tabaquismo, la Fundéu y el DRAE
Gustavo A. Silva, Laboratorio del LenguajeA veces, la Fundéu se pone en evidencia cuando emite recomendaciones acerca del uso de términos científicos porque se basa en las definiciones del DRAE, que en este ámbito cojea muchísimo. En la recomendación del 31 de mayo del 2012, «Tabaquismo no es consumo de tabaco», se afirma (cita literal):
«Tabaquismo es la intoxicación crónica producida por el abuso del tabaco y no es apropiado usarlo para referirse al consumo de tabaco.Con motivo del Día Mundial Sin Tabaco, en muchas noticias en las que se habla de medidas o estudios sobre el consumo de tabaco se emplea de modo inadecuado el término tabaquismo, como se ve en los siguientes ejemplos: «Los resultados confirman que el tabaquismo tiene un profundo arraigo cultural», «La legislación sobre el tabaquismo resulta un bien jurídico superior».Tabaquismo, según el Diccionario de la Real Academia Española, es la ‘intoxicación crónica producida por el abuso del tabaco’ y no es adecuado usarlo para referirse al consumo de tabaco ni al hábito de fumar.De este modo, en los anteriores ejemplos, lo apropiado hubiera sido escribir: «Los resultados confirman que fumar tiene un profundo arraigo cultural», «La legislación sobre el consumo de tabaco resulta un bien jurídico superior».
Esa definición académica despide un tufillo anticuado que no va de acuerdo con los tiempos que corren. En el Diccionario de términos médicos (DTM), publicado por la Real Academia Nacional de Medicina ese mismo año, el tabaquismo se define así en su primera acepción:
1 [ingl. smoking] s.m. Trastorno por adicción al tabaco, mayoritariamente en forma de cigarrillos, provocado por uno de sus componentes, la nicotina. […] constituye la primera causa de muerte prematura evitable en el mundo y se considera una enfermedad crónica sistémica perteneciente al grupo de las adicciones.
Por el contrario, la segunda acepción remite al sinónimo nicotinismo, que recuerda vagamente la definición académica citada por la Fundéu. Esto dice el DTM:
nicotinismo1 s.m. Intoxicación aguda o crónica por exceso de nicotina, bien sea por inhalación, absorción dérmica, ingestión o por manipulación de las hojas de tabaco. La intoxicación aguda se caracteriza por un cuadro de palidez, mareos, sudores fríos, vómitos, diarrea, temblor, convulsiones y coma, y la intoxicación crónica, por fases de estimulación y depresión nerviosa, vasoconstricción en las extremidades, elevación de la presión arterial y alteraciones visuales. Sin.: intoxicación por nicotina, tabaquismo2. Obs.: No debe confundirse con → tabaquismo1.
Es claro, pues, que en medicina actualmente se llama nicotinismo a lo que la RAE denomina tabaquismo. Hoy por hoy, el tabaquismo es un trastorno por adicción a la nicotina del tabaco, que se sacia fumando cigarrillos (al menos en esta parte del mundo). Si bien es cierto que el consumo habitual de tabaco mediante el acto de fumar (que, por cierto, en Costa Rica llaman «el fumado») no es exactamente lo mismo que el trastorno resultante, tampoco es descabellado entender que los límites semánticos se confunden. Me parece que así lo entienden actualmente los médicos, la gente de a pie y los expertos, como los que trabajan en la Organización Mundial de la Salud, impulsora del Día Mundial Sin Tabaco y de una vigorosa campaña mundial contra el tabaquismo desde hace varias décadas. Por lo tanto, opino que en vez de pretender restringir la voz a un significado anticuado, mejor sería actualizar la definición del DRAE.