albur
Etimología - El origen de la palabra: albur
Pez que habita, principalmente, en las aguas de los afluentes del Mediterráneo. Su nombre científico es Alburnus albidus, tiene unos diez centímetros de longitud, se alimenta de insectos y vive en la superficie de las aguas dulces. También conocido en España bajo el nombre de origen catalán mújol (derivado del latín múgil, -ilis), suele confundirse con la lisa por su característica de saltar fuera del agua. En la Edad Media, debido a su semejanza con un pez de agua dulce que se halla en el Nilo, el buri, los árabes de España lo llamaron alburi (de al-buri, el buri), que no tardó mucho en consolidarse en castellano como albur.
El hábito de este pez de saltar inesperadamente fuera del agua le valió un nuevo destino a la palabra que lo nombra, ya que los pescadores la usaban para designar las dos primeras cartas que saca el banquero en el juego de monte, que no deben ser vistas por los jugadores. Por esta razón, albur pasó más tarde a designar también las contingencias o circunstancias de azar a las que a veces se deja librada una determinada iniciativa, como vemos en este ejemplo tomado del diario El País, del 16 de enero de 1998:
De la misma forma que el año pasado jugaron a favor de una inflación menor, en otros periodos pueden hacerlo en contra; todo queda al albur de que llueva o de que el precio del petróleo no se dispare.
El nombre del pez ya estaba en el Diccionario latino-español, de Nebrija (1495), y fue usado a fines del siglo XVI por Lope de Vega:
[...] este mar pescado que no registren las redes en nuestros humildes platos: el ostión frito y cocido, entre sus conchas guardado como la perla; el albur, la acedía y el robalo; el pámpano entre laureles, y como ternera, asado; el sollo con perejil; el peje espada y el barbo; la lamprea [...].
Estos textos ha sido extraídos de los libros de Ricardo Soca La fascinante historia de las palabras y Nuevas fascinantes historias de las palabras.
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