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Habla de Puerto Rico y República Dominicana

Palabra sobre la que consulta: 
Habla de Puerto Rico y República Dominicana
Consulta: 

Mi pregunta es por qué los habitantes de ambas naciones hablan el español ciertamente mal y lo escriben bien, quisiera saber cuál es la respuesta a este fenómeno lingüístico.

Respuesta: 

No es un fenómeno exclusivo de esas dos naciones ni del idioma español. De hecho, la lengua culta o esmerada de cualquier idioma se encuentra primordialmene en la lengua escrita. El hablante aprende a hablar de oído, no escribe antes de hablar. Y su entorno va a determinar su forma de hablar: idiolecto, es decir, la lengua que utiliza el hablante; asimismo, se encuentra inmerso en un dialecto [téngase en cuenta que nos referimos aquí al dialecto como variedad de realización de la lengua según la sociolingüística] , o en la forma de hablar propia de una región que a veces coincide con una pequeña provincia, otras con un país o nación, otras con un territorio más amplio que comparte rasgos lingüísticos característicos. Todas las realizaciones del español son diferentes y ninguna coincide exactamente con la ortografía: por ejemplo, el fonema zeta se realiza en muy pocas zonas de España y en ninguna de Latinoamérica (es decir, que solo el 10 % de los hispanohablantes usan este fonema, pero a la hora de escribir, todos lo utilizamos); en Puerto Rico tienden a rotar la "r" por la "l" ("amol") fenómeno lingüístico que se dio en la lengua en siglos pasados y ahora no se da en otras zonas; en Madrid, se tiende a no pronunciar la -d- intervocálica de los participios ("he pasao", "han estao"); y así en todas las zonas. La ortografía es común para la lengua, que es una con diversidad de realizaciones. La lengua estándar sin rasgos sociolingüísticos ni regionales es una idealización de la lengua, una realización que no existe en las expresiones, en la sintaxis, en la lexicografía... Sin embargo, la lengua culta de cada sitio, gracias a los escritores, intelectuales, científicos, etc., es la que forja una forma de expresión común a todos (en lo posible) que, aun manteniendo esos rasgos distintivos, nos ofrece un lenguaje rico y esmerado que es el que aprendemos para dominar también los registros cultos de la lengua. La escritura se aprende en las escuelas y por regla general se enseña bien, o por lo menos siguiendo las reglas del sistema lingüístico al que pertenece. El hablante puede hablar bien en todo momento si se esmera en articular apropiadamente, emplear el vocabulario adecuado y producir enunciados sintácticamente correctos, a sabiendas de que en este caso correrá el riesgo de que su habla parezca afectada por alejarse de la reconocida como normal en su medio. Por regla general, un hablante domina de forma natural varios registros de la lengua: es decir, varios modos de expresarse en función del entorno (dentro de una misma lengua): el familiar, el oficial (por las gestiones que haya hecho o lo poco que haya acudido a la escuela). Así, el hablante que domine su lengua utilizará la jerga familiar entre sus amigos o si escribe una novela situada en tal ciudad con diálogos reales, y cambiará de registro, utilizando la jerga formal, cuando va a dar una conferencia o escribe, por ejemplo, un reclamo a una institución. Hay gente que postula que el registro culto de la lengua da una visión más completa que los demás, si bien no es del todo cierto, como aprecian muchos profesores de idiomas como lengua extranjera, donde lo más difícil, precisamente, es el explicar a sus alumnos expresiones locales, giros y modismos actuales que no se usan más que en un determinado lugar y tiempo y que están continuamente cambiando, irregularidades que los hablantes naturales aprenden inconscientemente y que son difíciles de sistematizar y enseñar, etcétera.