Español avanza imparable en EE UU
La Estrella, Fort Worth, TexasEstados Unidos es el segundo país del mundo después de México, con mayor número de hispanohablantes. Pero el español que se habla aquí no es el de México, ni el de Puerto Rico o alguna colectividad en particular, sino un microcosmos de lo que puede llegar a ser el español del futuro, en el mundo interconectado en que vivimos.Así ve la Academia Norteamericana de la Lengua Española, la más joven de las 22 academias del mundo hispano, el horizonte de esta lengua que el 23 de abril será objeto de conmemoración, al celebrarse el Día del idioma Español, del Libro, del Bibliotecario y del Derecho de Autor, en el marco del aniversario luctuoso de Miguel de Cervantes Saavedra, novelista admirado por su obra cumbre El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, considerada una contribución al engrandecimiento de esta lengua.En el ámbito estadounidense, está la academia presidida por el escritor español Gerardo Piña, es permanente impulsora de esos esfuerzos para interesar a los hispanos a hablar su idioma cada vez mejor, afirmó Jorge Covarrubias, de la Comisión de Información de esta entidad que empezó a gestarse en 1966, a iniciativa de los españoles Tomás Navarro y Odón Betanzos, hasta quedar constituida en 1973 en Nueva York.«Actualmente se estima que en EE UU hay unos 45 millones de hispanohablantes, poco más del 10 por ciento de la totalidad de hablantes de español» en el mundo, precisó Covarrubias.En el norte de Texas, 40 por ciento de los residentes nacieron en otro país o son hijos de extranjeros, según Dallas Fort Worth International Community Alliance.Un estudio publicado por esta organización, que analiza datos del censo 2000 y del consulado mexicano en Dallas, entre otros, reveló que en el Metroplex la sociedad angloamericana convive con gente de 74 países, siendo los hispanos mayoría. Se puede decir que 6 de cada 10 residentes de origen extranjero son hispanohablantes.Donald Frischmann, profesor de español durante 23 años de Texas Christian University (TCU) y coautor de Palabras de los Seres Verdaderos, una antología de escritores contemporáneos de lenguas indígenas de México, resaltó que nunca como ahora ha habido tanto interés por aprender español. «En el ámbito universitario no hay duda de que en la mayoría de los campos, el español les dará una ventaja en su vida profesional», opinó. «Aquí, como en todo el país, se habla español en todos los niveles, desde el más formal hasta un ‘español de rancho’, porque si se nace y crece en un rancho, sin mayores exigencias, ése es el español que sirve», agregó Frischmann.Esto lo confirma a diario Peter Fekety, texano con preparación universitaria en español y estudios latinoamericanos, gerente de la biblioteca Northside de Fort Worth. «El 50 por ciento de los usuarios prefiere hablar español y si el personal no les habla en su idioma, no se sienten bienvenidos», indicó Fekety quien luego de varias décadas de estudiar y practicar español, sigue aprendiendo modismos, acentos, regionalismos y términos en spanglish que escucha en la biblioteca.De hecho, ante la creciente demanda de usuarios hispanos, la red de bibliotecas de Fort Worth no sólo ha aumentado en los últimos tres años el presupuesto para adquirir más libros en español, sino que las cuatro sucursales ubicadas en barrios mayoritariamente latinos, desarrollarán clases de lecto-escritura en español y clubes de conversación en inglés, precisó Fekety.Retos del españolFrischmann y Covarrubias abordaron algunos retos que enfrenta el español: trascender el nivel de «interlengua» de miles de hispanos que no se expresan bien ni en español ni en inglés; elevar los hábitos de lectura como vía de enriquecimiento e incluso apostar a que en el futuro, el español sea considerado en el debate de fijar una lengua oficial.El spanglish es resultado inevitable del choque entre dos lenguas y dos culturas; responde a veces al desconocimiento de términos en español o a la necesidad de nombrar realidades nuevas, y hasta es una especie de arma de resistencia a la cultura predominante, pero quien quiera quedarse con el spanglish, se podrá comunicar con un universo reducido, advirtió Covarrubias.Frischmann reconoció que «existen mil variantes, mil formas de hablar y combinar dos lenguas y que esas variantes son válidas en un determinado contexto socio cultural», pero coincidió en que cuando se domina sólo una interlengua, se limita espacio de acción sociocultural.Aunque la práctica de un idioma abarca la comunicación verbal, la lectura y escritura, ambos especialistas reconocieron que el influjo de la televisión, los videojuegos y la Internet han impactado negativamente los hábitos de la lecto-escritura pese a que esta práctica es esencial para el dominio de cualquier idioma.Covarrubias reiteró que el impacto del crecimiento de la población hispanohablante abarca todos los ámbitos. «Deja su huella en el idioma, la música, la comida, la cultura popular, las costumbres y va aportando su idiosincrasia para sumarla a la del ser nacional estadounidense, como un ingrediente importante de su manera de vivir, de pensar y de sentir». dijo.Frischman ve que el español tiene gran futuro y aunque el inglés sea una lengua que sirve para comunicarnos, dijo que en el momento de un debate serio sobre un idioma oficial «esperaría que el español también fuera considerado».