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El hombre de Neanderthal u Homo neanderthalensis vivió en Europa y Asia occidental hace entre 29.000 y 230.000 años. El tamaño de su cerebro puede haberle permitido elaborar una suerte de lenguaje primitivo, pero los sonidos que habría emitido serían muy diferentes de los del lenguaje actual debido a la conformación de su tracto vocal, diferente de la del Homo sapiens. Antropólogos estadounidenses están intentando reproducir mediante la ayuda de computadoras los sonidos que habría emitido este pariente cercano de nuestra especie, según un artículo publicado por la revista New Scientist.
New Scientist
Ha sido sin duda un silencio prolongado, puesto que nadie ha oído su voz durante los últimos 40.000 años, pero hoy el extinto hombre de Neanderthal está hablando, o al menos, un sintetizador instalado en una computadora lo hace por él.
Robert McCarthy, un antropólogo de la Florida Atlantic University, en Boca Raton, sur de Estados Unidos, reconstruyó el tracto vocal del hombre de Neanderthal para simular su voz y dice que a estos primitivos seres humanos les faltaban algunos sonidos básicos.
Estos sonidos permiten que hablantes con tractos vocales con tamaño diferente al del hombre de Neanderthal puedan entenderse, dijo McCarthy, en un discurso en la reunión anual de la American Association of Physical Anthropologists en Columbus, en el estado norteamericano de Ohio, el 11 de abril.
«Ellos debían hablar en forma bastente diferente. No hubieran tenido cómo pronunciar algunos de esos sonidos básicos que constituyen la base del lenguaje hablado», dijo.
En los años setenta, el lingüista Phil Lieberman, de la Brown University en Providence, Rhode Island, infirió las dimensiones de la laringe de un hombre de Neanderthal con base en su calavera. Su equipo concluyó que este hombre no habría contado con la sutileza del lenguaje humano moderno. Algunos investigadores criticaron este hallazgo, citando pruebas arqueológicas de una cultura oral y también errores en la reconstrucción original del tracto oral por Lieberman.
Pero un lingüista del equipo de McCarthy, inmutable ante las críticas, simuló el habla de Neanderthal con base en las reconstrucciones de los tractos vocales de tres hombres de Neanderthal. Los fósiles de 50.000 años fueron llevados desde Francia.
Modelando el tracto vocal del hombre de Neanderthal, el equipo de McCarthy logró producir un sonido como habría pronunciado la e, pero proyecta simular el sonido de una frase entera tal como habría sido producida por uno de esos ejemplares.
En contraste con la «e« del hombre moderno, la lengua del Neanderthal no tiene marcas distintivas, según la simulación computadorizada. Aunque esta diferencia lingüística sea sutil, puede haber limitado el habla del hombre de Neanderthal, dice McCarthy.
El gene del lenguaje
Esta conclusión no coincide con el tamaño del cerebro del Neanderthal, lo suficientemente grande como para haberle permitido adaptarse al lenguaje, dice Erik Trinkaus, un antropólogo de la Washington University de St Louis. «En definitiva, lo que importa no es la anatomía de la boca sino el control neuronal sobre ella».
El hombre de Neanderthal tenía el gen que se ha dado en llamar «del lenguaje», afirma Trinkaus, con base en descubrimientos de investigadores que el año pasado descubrieron que este antepasado nuestro contaba con una versión del gen que en los seres humanos actuales se llama FOXP2.
Las personas que no tienen ese gen sufren disturbios del lenguaje y, por otra parte, los seres humanos tienen una versión de este gen que es diferente de las de los otros animales, incluyendo los chimpancés, nuestros parientes más cercanos. Por otra parte, algunas evidencias genéticas indican que el lenguaje modeló la evolución de los seres humanos en los últimos milenios. John Hawks, un antropobiólogo de la Universidad de Wisconsin en Madison, también habló en el encuentro de Ohio, donde dijo que algunos genes importantes para la audición han cambiado rápidamente en los seres humanos modernos, quizá porque los genes lo ayudaron a elaborar nuevos y más complejos lenguajes..
«Algo ha cambiado en los últimos 40.000 años», afirmó. «Tal vez porque nuestros oídos se han tornado más sensibles para percibir sonidos que se han venido modificando en los últimos milenios».