Copa del Mundo: Fiesta de las palabras
La Luna llena del arte popular
El pasado 30 de junio de 2002 terminó la Copa del Mundo, una feria de muestras del fútbol donde los términos lingüísticos también disputan sus particulares partidos. Para la Comunidad Iberoamericana ha sido el día más feliz del siglo XXI, una nueva fiesta de las palabras gracias a la victoria de Brasil, un canto de alegría para convertir la luna de cuero en un pandero vibrante, tras mostrar sus fases creciente y menguante.
Durante los octavos de final, el movimiento de las emociones de la luna de cuero generó titulares llamativos en México como "Senegol de Oro", para hacer referencia al gol de oro de Senegal a Suecia, y en España, con "La media luna ríe, el sol llora" para describir el resultado final del encuentro ente Turquía y Japón.
Para los equipos iberoamericanos, la luna de cuero mostró su cara menguante a Paraguay y México en sus choques con Alemania y Estados Unidos. Permitió que el lenguaje periodístico presentara la derrota albirroja como un duelo de porteros entre "el galán latino Chilavert y el rubio platino Kahn"; saludara la caída tricolor con un expresivo "Bye, se acabó el sueño"; hiciera "caer como héroes" a los paraguayos o presentara una riña de aficionados junto a la estatua del Ángel de la Independencia, dolidos con el resultado adverso, como una "tri-fulca"
La cara creciente se presentó para Brasil gracias a un inesperado zurdazo de Rivaldo, que hizo gol frente a Bélgica. Y especialmente intenso fue el España-Irlanda donde el sudor de la pasión latina se impuso a un equipo que analizaba en tiempo real sus movimientos asistido por programas informáticos especiales. Desató la imaginación del humor gráfico de Gallego & Rey para convertir los cercos del sudor de la camisa del director técnico José Antonio Camacho en una chorreante silueta del mapa de España. Creó el "Romance de Iker Casillas" para que todos los juglares cantaran la épica de haber atajado tres penaltis. Generó una dimensión especial que alteraba la realidad en los titulares: "Las manos de Dios", "Ikermán", "San Iker hizo el milagro", "Los tres milagros de Iker". O bien presentaba una realidad múltiple: "España en dos puños", para destacar la actuación del meta, o la expresiva imagen "pies de geisha" para definir los fallos irlandeses como si encogieran los pies de sus delanteros.
En cuartos de final, la luna menguante correspondió a España en su encuentro con Corea del Sur. Los errores arbitrales convirtieron la pena por la derrota en indignados titulares "Atraco", "Manos Arriba" y "España cae en los penaltis" y en un sentimiento de orgullo para "perder con la cabeza alta" a la hora de desayunar el café con churros. Se vivió como un gran disgusto que preveía el día anterior Matías Prats en Antena 3 Televisión al cerrar el programa especial sobre el campeonato esperando que el desayuno no se convirtiera en "tila con churros".
La luna creciente volvió a iluminar a Brasil, quien se deshizo del "Trío de Janeiro", pronóstico con el que la prensa inglesa hacía referencia a los tres goles que pensaba hacer Inglaterra. Al final el imperio de la erre acaparó las ondas mediáticas y sus vibraciones en el canto de los goles llenaron de emoción y orgullo los pechos de los brasileños que cantaban el himno nacional y bailaban en las calles y las playas...
La luna llena sería completada por Brasil, tras el punterazo de Ronaldo en las semifinales con Turquía y sus dos goles ante Alemania en la final. La épica de la erre desató elogiosos titulares como "El mejor fútbol del mundo en todos los continentes" o "El día más feliz del siglo", pero también algunos juegos de palabras con el nombre del guardameta germano: "Kahntada y final feliz" o "Spiderkhan" al calor del éxito de la película "Spiderman" y al ser el ganador del premio Lev Yashin al mejor portero del campeonato, apodado "La araña negra".
Con un estilo europeo de disciplina, orden y progreso, el combinado de Scolari alcanzó nuevas cotas. Primero, ser pentacampeones tras 7 victorias consecutivas, 18 goles a favor y 4 en contra. Segundo, jugar por tercera vez consecutiva la final (1994, 1998 y 2002). Tercero, ha logrado que Ronaldo iguale el número de tantos conseguidos por el legendario Pelé en la historia del campeonato. Y cuarto, incluir al imperio de la erre en la Selección ideal, elegida por la FIFA durante esta fase final: Roberto Carlos, Ronaldo, Ronaldinho Gaúcho y Rivaldo.
Al término de la final, caía la noche en el país del sol naciente, Japón, mientras la alegría incontenible expresaba un orgullo especial. La luna de cuero era un pandero brasileño que influía para que se elevaran las banderas al cielo, se dispararan los latidos en los corazones, se golpearan los pechos con las manos, se convirtiera el llanto de Ronaldo en las lágrimas de emoción y alegría de todo un pueblo vibrando con el triunfo, según declaraciones del presidente del país. La luna de cuero del siglo XXI tenía color amarillo y verde, brillaba como un sol y daba un especial calor a un pueblo que aliaba palabras con música para estallar en expresiones de arte popular.
Dentro del estadio Yokohama, primero tomaba forma de oración. Los brazos del guardameta Marcos, en la oración previa, invocando la protección del Redentor y los brazos al viento de Ronaldo celebrando los goles dieron paso a la ofrenda en círculo de entrenadores, auxiliares, jugadores... Y segundo, disparaba la fantasía necesaria para transformar un atril en un podio sobre el que Cafú recogía la Copa. Y tercero, hacía salir al combinado del vestuario envuelto en canciones e instrumentos musicales.
En las calles, playas y avenidas de Japón y Brasil, el influjo de los rayos de felicidad, que alumbraba la amarilla luna llena, descorcharon la alianza de las palabras y la música. En Japón, la afición hizo un trayecto de tres horas a pie entre el estadio y el hotel de la concentración a ritmo de música intercalando los eslóganes "¡Todo el mundo lo intenta pero sólo Brasil es penta!" y "¡Pen-ta-campe-o-nes!". En Brasil, la expresión popular de la victoria envolvía la energía positiva del pueblo: estruendo de cohetes, proliferación de banderas en calles y balcones, adornos con racimos de balones que colgaban de las palmeras, serpentinas, graffitis, caricaturas de los jugadores, la bandera de 600 metros de longitud que cubría el sambódromo de Río de Janeiro, la interpretación del himno nacional a ritmo de pagode, el constante sonido de melodías de samba o música axé en Salvador de Bahía, muchedumbres de gente con un corte de pelo al estilo Ronaldo en las avenidas de Río de Janeiro y Sâo Paulo, aviones que escribían en el cielo de Brasilia "Penta"...
El comentario lingüístico y literario de la segunda fase del campeonato ha dejado varias muestras interesantes. Entre otras el artículo "Ante julio" de Fernando Lázaro Carreter que arremete contra los "cojitrancos" del idioma o periodistas que basan la comunicación en el uso de tacos y difunden confusiones como "entreno" por entrenamiento, "incontinencia" por contingencia, "enaltación" por exaltación, "ponerse los pelos de gallina" por ponerse la carne de gallina.
El comentario literario de creación aporta el "Romance de Iker Casillas" por Luis Ignacio Parada o la glosa de la actualidad en 21 décimas por Ricardo Bada en la emisora de radio colombiana HJCK, así como la visión literaria de la pesadilla argentina por Horacio Vázquez-Rial o las greguerías del colombiano Óscar Domínguez: "La chilena es un golpe de estado al balón" y "El fútbol es el esperanto de las patadas". Además, la Copa del Mundo ha generado en Marbella (España) el concurso "Historias de fútbol, días de mundial", organizado por Presmiosliterarios.com, y promete un libro sobre la conquista del pentacampeonato a cargo del entrenador Luiz Felipe Scolari.
De 31 de mayo a 30 de junio, la fase final de la Copa del Mundo ha vuelto a hacer realidad el sueño iberoamericano: el triunfo del humanismo sobre la tecnología y sobre la labor de conjunto.
Deportivamente, ha hecho que América mantenga su supremacía en finales frente a Europa y ha dejado la siguiente clasificación: Brasil (1º), España (5º), México (11º), Paraguay (16º), Argentina (18º), Costa Rica (19º), Portugal (21º), Ecuador (24º) y Uruguay (26º). Y para la historia global de todo el campeonato, con 69 países participantes, la participación iberoamericana entra en el siglo XXI del siguiente modo: Brasil (1º), Argentina (4º), España (7º), Uruguay (11º), México (13º), Chile (20º), Paraguay (22º), Portugal (28º), Perú (34º), Colombia (36º), Costa Rica (39º), Cuba (50º), Ecuador (52º), Honduras (53º), Bolivia (56º) y El Salvador (59º).
Periodísticamente, en Iberoamérica el relato deportivo logró grandes marcas de audiencia en España y Brasil: la cadena española Antena 3 Televisión captó la atención del 92% de los receptores de televisión sintonizados en el horario del encuentro entre España y Corea del Sur, mientras que la brasileña Rede O Globo llegó al 91% con el choque entre Brasil y Turquía. En el periodismo digital, el idioma español ha ampliado su difusión social con la presencia en la página oficial de la FIFA (que divulgaba el campeonato en alemán, chino, coreano, español, francés, inglés y japonés) y se ha convertido en el sitio de deportes más visitado en la historia de la alta competición.
Finalmente, para el idioma ha demostrado una gran fantasía lingüística y literaria en la confección de titulares, en el uso de juegos de palabras, en la sonoridad épica de la erre... Y ha creado dos palabras nuevas relativas al juego y a una propuesta del francés Michel Platini para el mundo arbitral: palomero (jugador lesionado que sigue en el campo para no dejar en inferioridad a su equipo, una vez que se han agotado los cambios reglamentarios) y árbitro de área (auxiliar arbitral que se colocará detrás de la portería para observar lo que ocurra en el área pequeña). También se ha dado el caso de referirse a los partidos de eliminatoria directa con la voz tenística "muerte súbita" y "mata-mata".
El sueño iberoamericano se ha vuelto a hacer realidad en un nuevo continente. Dormirá hasta el año 2006 bajo la luna llena teñida de amarillo y verde entre palabras y manifestaciones artísticas, a la espera de reaparecer en la nueva edición de la Copa del Mundo que se celebrará en Alemania.
Jesús Castañón es profesor de Español en Valladolid y en Palencia. Es también editor del sitio Idioma y deporte.