católico
Esta palabra nos llegó a través del latín catholicus, proveniente del término griego καθολικός (katholikós), que había sido usado por Aristóteles y por Zenón con el sentido de ‘lo más universal, lo más general’, por oposición a lo particular y local.
La palabra griega era una derivación del adverbio katholou ‘en general’, ‘en absoluto’, compuesto de kat- ‘de’, ‘acerca de’ más holou ‘todo’, ‘entero’.
En tiempos de los apóstoles, la palabra catholicus nunca se usó para designar la naciente religión, pero la idea de universalidad de la Iglesia estaba presente en todos los escritos de los seguidores de Cristo. Parece haber sido empleada por primera vez para designar a la religión cristiana por Ignacio, obispo de Antioquía, en una de sus cartas, pero la noción de una Iglesia universal, en el sentido de que alcanzaba los confines del mundo conocido, solo surgió en el siglo IV de nuestra era, para quedar consolidada en el Concilio de Constantinopla en 381: “Creo en la Iglesia una, santa, católica y apostólica”.