genio / ingenio
‘Capacidad mental extraordinaria para crear o inventar cosas nuevas y admirables, para ver posibilidades creativas que la mayoría no percibe. Persona dotada de esta facultad. Índole o condición peculiar de algunas cosas: El genio de la lengua. Ser fabuloso con figura humana, que interviene en cuentos y leyendas orientales: El genio de la lámpara de Aladino’.
Proviene de la palabra latina genius, que tiene la base indoeuropea gen- ‘producir, generar’. «Divinidad que vela por cada persona», su significado se extendió de manera considerable a lo largo de los siglos. Como genio de las leyendas orientales que aparece al frotar una lámpara, se supone que es obra de traductores del siglo XVIII de las Mil y una noches, quienes habrían sufrido la influencia del nombre de esa criatura en árabe: jinn.
La acepción más común en la actualidad es ‘persona de inteligencia excepcional’, que fue adoptada en francés en el siglo XVII y usada en castellano ya a principios del siglo XIX, aunque solo entró en el diccionario de la Academia en 1884.
Entre los académicos latinoamericanos —tal vez los primeros en percibir la unidad básica de nuestra lengua en toda su diversidad— se hizo común desde Bello el uso de genio, para aludir a las características ínsitas de un idioma. Es esta la acepción en que se basa Álex Grijelmo para titular su libro El genio de la lengua.
Ingenio aparece desde Nebrija bajo la forma engeño, con el significado de ‘máquina de guerra’ o como la habilidad de inventar ‘lo que de otri no aprendimos’ y se entendió como la habilidad de idear y construir máquinas de guerra. Los constructores de esas máquinas o engeños se llamaron engeñeros, de donde proviene ingeniero.
Algo semejante ocurrió en inglés, lengua en la cual las máquinas de guerra se llamaron engines y sus fabricantes, engineers.