obús
En la guerra moderna, los obuses se están gradualmente dejando de lado en beneficio de los poderosos lanzamisiles, de enorme capacidad de destrucción. Sin embargo, hasta la guerra de Corea, los obuses eran máquinas de guerra temibles, más temibles que los cañones, por su alcance y por su facilidad de transporte y muchos ejércitos los usan todavía.
Cañones y obuses son descendientes de armas más primitivas usadas hasta la Edad Media, como las catapultas, que arrojaban proyectiles tales como enormes piedras o material combustible que causaba incendios.
En Europa Central, más precisamente en lo que hoy se llama República Checa, estas catapultas llevaron el nombre de hofnice ‘máquina de lanzar piedras’, palabra que pasó al alemán como Haubitze y esta, al francés como obus, y llegó a nuestra lengua bajo la forma obús, registrada por primera vez en la segunda mitad del siglo xviii e incluida en el diccionario de la Academia a partir de 1822. En esa edición, obús es definido así:
Especie de mortero largo de 7 á 9 pulgadas de diámetro, montado sobre cureña y con cuñas por delante, el cual se emplea tanto en las funciones campales, como en el ataque y defensa de las plazas, para arrojar granadas &c.