sota
En varios romances hispánicos –así como en la lengua de Oc en el sur de Francia y en algunas lenguas itálicas– el étimo de sota dio lugar diversos términos náuticos, como sotavento ‘lugar donde se está protegido del viento’, o sea ‘la parte de un navío opuesta a la dirección de donde viene el viento’.
La palabra proviene del latín vulgar subta, derivado con el latín clásico subtus ‘por debajo’.
En el siglo XVII empiezan a aparecer vocablos prefijados con sota-, que introducía el matiz de ‘por debajo de’, como sotabarba ‘la barba que crece debajo de la barbilla’. Como prefijo, sota- pasó a significar más tarde ‘el segundo en alguna actividad’, equivalente hoy a el ‘vice-’ o ‘sub-’. Así, el sotocaballerizo era ‘el que ayudaba al caballerizo’ y el sotocura era un ‘ayudante del cura, sacristán’.
Este ayudante, de ocupación cuyo nombre se prefijaba con sota-, pasó a ser designado abreviadamente “el sota”. Con ese sentido, sota sería también ‘el soldado raso’, el que está por debajo de todos los demás. Corominas dice que en catalán sota aparece ya en 1460 como ‘la carta diez de cada palo de la baraja’ española: el sota es ‘el que está por debajo del rey y del caballo.
Un siglo y medio más tarde este naipe aparece mencionado en una comedia de Cervantes publicada en 1615 en la recopilación Entremés de la guardia cuidadosa: Sota y caballo; no falta sino el rey para tomar las manos.
En la primerva versión del diccionario académico (1726-1739), sota era definido como
La tercera figura, que tienen los náipes, la qual representa el infante, ò soldado. Díxose de la voz Italiana Soto, que vale debaxo, porque vá despues de las figuras de Rey, y caballo, que le son superiores.
En el Río de la Plata existe la expresión hacerse el sota, con el significado de ‘hacerse el tonto’.