mayólica
La cerámica árabe de España, también llamada hispanomorisca, alcanzó en la Baja Edad Media su punto más alto en Málaga (Andalucía) y en Manises (Valencia), pero tuvo también centros importantes en varios lugares de Castilla y Aragón.
La creación de este tipo de cerámica por parte de los árabes fue un hallazgo casual, al intentar crear una porcelana similar a la elaborada en China con caolín.Las primeras mayólicas se hicieron con una terracota amarillenta, cubierta de esmalte compuesto por una capa de pintura vidriada plúmbea mezclada con polvo de cuarzo. Las mayólicas producidas por los pueblos islámicos, en su etapa inicial, se decoraban con pigmentos compuestos de óxido de cobalto (azul) y cobre o manganeso, según se quisiera dar un color verde o marrón: la denominada cerámica verde y manganeso. Este arte del vidriado se extendió primero por el norte de África y más tarde fue adoptado por los árabes de España en la llamada “cerámica hispanomorisca”.
Los mercaderes italianos, en particular los venecianos, adquirían las piezas hispanomoriscas de Manises —las más finas de la península— en Mallorca, que era lo que hoy llamaríamos un polo exportador del sureste de España.
Para los italianos, poco interesados en el origen de las piezas, esas cerámicas eran de Mallorca y las llamaron maiolica, del latín Maiorĭca ‘Mallorca’ palabra que reingresó triunfalmente a España como mayólica.