sílfide
En la tradición hermética europea, las sílfides eran personajes que habitaban el aire y las aguas y estaban emparentadas etimológicamente con los elfos o silfos. Mantenían por siempre su aspecto juvenil, hablaban un lenguaje musical, propio de seres mágicos como duendes, dríadas y ninfas, con los que estabn emparentadas
El nombre sílfide se deriva del latín sylphus, retomado por Paracelso a comienzos del siglo XVI. En 1670, el abad francés de Villars, publicó una novela titulada Le Comte de Gabalis ou Entretiens sur les sciences occultes en el cual describe a su manera estos seres: “El aire está lleno de una multitud de gentes [silfos y sílfides] de aspecto humano, un poco feroces en su apariencia, pero dóciles en realidad: grandes amantes de las ciencias, sutiles, amigos de los sabios pero enemigos de los necios y de los ignorantes”.
Desde el siglo XIX, se usa para referirse a la mujer esbelta y delgada, probablemente a partir del atuendo típico de las bailarinas de balé, cuyo uso se hizo general desde 1832, cuando la bailarina María Taglione lo estrenó en el ballet La sílfide.