silueta
Cuidar la silueta suele ser una preocupación muy frecuente en las personas que temen aumentar de peso y perder elegancia. Algunos vestidos de mujer se diseñan para realzar la belleza de la silueta femenina, entendida como los contornos del cuerpo.
De un modo más genérico, la palabra silueta designa un dibujo de la sombra de un objeto, o sea, de su contorno, sin tener en cuenta los detalles de ese objeto.
La palabra proviene del francés silhouette, y se tomó del nombre de un austero ministro de Hacienda de la Francia de Luis XV, Étienne de Silhouette (1709-1767), quien llegó al cargo en marzo de 1759 por recomendación de la favorita del rey, madame de Pompadour. Este ministro tenía la afición de recortar en papel retratos de siluetas. Silhouette se granjeó la animadversión tanto de la nobleza como de la pequeña burguesía, perjudicadas por sus medidas, con lo que su impopularidad muy pronto se generalizó en toda Francia, al punto de que en noviembre del mismo año se vio obligado a renunciar.
Sin embargo, la afición del ministro de recortar dibujos de contornos, que los cortesanos llamaban con desprecio portraits à la Silhouette (retratos al estilo Silhouette), ya se había hecho famosa y contaba con una popularidad mucho mayor que la del alto funcionario nombrado por la favorita.
En 1788, silhouette ya aparecía en francés para designar dibujos de contornos, y en 1835, la palabra era recogida por la Academia Francesa. Pero fue Chateaubriand quien, en 1841, usó por primera vez silhouette para referirse específicamente a los contornos del cuerpo humano. Silueta apareció en la edición de 1869 del diccionario de la Real Academia, pero ya en 1864 la había usado el poeta sevillano Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) en Desde mi celda:
Absorto en estos pensamientos, doblo el periódico y me dirijo a mi habitación. Cruzo la sombría calle de árboles y llego a la primera cerca del monasterio, cuya dentellada silueta destaca por oscuro sobre el cielo, en un todo semejante a la de un castillo feudal.