dilapidar
Despilfarrar el patrimonio propio o el de terceros que se tiene a cargo. La primera mención lexicográfica de este verbo aparece en el Diccionario de Autoridades (1732), que lo define como destruir ò gastar mal los bienes que le son propios, ò están al cuidado de alguno, y agrega que es voz puramente latina y se usaba en el ámbito forense.
También se emplea con el significado de ‘gastar inútilmente esfuerzos en pos de un objetivo imposible de alcanzar’, como en este fragmento de Ángeles Mastretta, en su novela Arráncame la vida (1990):
Quiso acompañarnos hasta la casa y desde ese día empezó a visitarla con frecuencia, a dilapidar sus coqueterías conmigo y con toda la familia, incluyendo a mis papás, que estaban tan divertidos y halagados como yo.
La palabra proviene del latín lapis, lapĭdis ‘piedra’, que acabó dándonos en castellano lápiz, lápida, y lapidar. ¿Qué relación tiene ese vocablo latino con ‘malgastar el patrimonio’. Corominas (1980) sugiere que, según Enrique de Villena (1413) dilapidar sería algo como ‘lanzar (monedas) acá y acullá como chinitas (piedrecillas)’. Es la misma etimología que presenta el Dizionario Etimologico della Lingua Italiana para la voz italiana lapislazzuli o lapislazzoli: “compara los bienes con piedras que uno arroja sin mirar adónde.