Arturo Pérez Reverte: el lenguaje inclusivo “es una fábrica de idiotas”
Escritor, periodista y académico Arturo Pérez Reverte
El escritor y periodista Arturo Pérez-Reverte huye de la censura, pero sobre todo de la autocensura. Por eso expresa sus opiniones y sus argumentos con libertad, y en ocasiones también con algo de colmillo.
Estos días se encuentra en Argentina en su faceta como escritor, pero también como académico. Allí, en la Feria del Libro del país, ha aprovechado para promocionar también su última novela, Revolución, sobre el proceso de independencia de México.
Allí, en un encuentro moderado por el periodista Jorge Fernández Díaz en el pabellón rojo de la Feria del Libro, se explayó sobre algunos de sus temas predilectos: el lenguaje inclusivo y las implicaciones e imposiciones que implica, además de dar su opinión experimentada sobre los procesos revolucionarios o sobre la situación de pobreza que asola el país argentino.
El autor de El pintor de batallas, Línea de Fuego y El Italiano relató su experiencia como reportero de guerra en los levantamientos armados autoproclamados como revolucionarios y aprovechó para extrapolarla a la situación actual. Culpó al “movimiento progresista” de muchos de los problemas actuales, y afirmó que, para bien o para mal, la violencia es la escuela de muchos jóvenes: “La vida no es una película de Disney. No voy a dejar que ningún bruto ni analfabeto me diga como hacer mi trabajo”.
Contra el “lenguaje intrusivo”
Después de las sucesivas polémicas que han existido en torno a la RAE, la tilde de “sólo” y el lenguaje inclusivo, Pérez-Reverte quiso mojarse también en este asunto. Defendió el lenguaje como su principal herramienta de trabajo, por lo que expresó su desacuerdo en querer cambiarlo, ya que “la limitación del lenguaje es la limitación de las ideas”.
No se quedó ahí, y procedió a definir como “idiotas” a los que proclaman el discurso del lenguaje inclusivo, si bien hizo un juego de palabras y cambió la palabra “inclusivo” por “intrusivo”: “El lenguaje intrusivo es una fábrica de idiotas”, aseveró.
Tras detenerse en la situación argentina –“¿Hacia dónde corre un caudal de 39,2 % de pobreza y una inflación interanual del 104,3 %?”–, Arturo Pérez-Reverte procedió a hablar de los levantamientos armados de la izquierda, que calificó como «un puntapié histórico»: “Las revoluciones no cambian el mundo, sólo varían la realidad de los revolucionarios”. Aludió a que no hay blanco y negro en las guerras y que hay violadores, torturadores y asesinos en todos los bandos.
También puso un ejemplo español para hablar de los soldados argentinos en las Islas Malvinas: “En la Guerra Civil española había muchos jóvenes de 18 años que luchaban en un bando simplemente porque los habían levantado de su pueblo y les habían dado un fusil”, concluyó.