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¿Por qué la inteligencia artificial jamás sustituirá a un traductor humano?

04/08/2023
Agnieszka Burzyńska

Aunque solo estemos a mitad de año, ya podemos afirmar con certeza que 2023 pertenece a la inteligencia artificial. La inteligencia artificial (IA) está despertando la imaginación de personas de todo el mundo porque ya no es solo una curiosidad, sino una herramienta de pleno derecho que produce resultados reales e impresionantes y que se utiliza para tareas cada vez más serias.

La revolución de la IA también ha llegado al ramo de la traducción. El concepto mismo de traducción asistida no es nuevo, pero las herramientas de inteligencia artificial que existen actualmente permiten obtener resultados tan fiables que parece natural preguntarse si seguimos necesitando a los traductores tradicionales.

Las traducciones producidas por la IA y el lenguaje

No se puede negar que la inteligencia artificial, por ejemplo, en forma de chatbots de la organización Open AI, está haciendo un excelente trabajo de traducción de textos utilizables. Sin embargo, hay que tener en cuenta que una proporción considerable de las traducciones implica trabajar con textos especializados, en los que no sólo es crucial el conocimiento de la lengua, sino también la experiencia en el campo correspondiente. Los traductores tradicionales suelen ser especialistas en materias concretas, como medicina, derecho o telecomunicaciones. Por eso, un traductor de este tipo no tiene problemas para descifrar abreviaturas médicas y sabe que las palabras "contrato" y "acuerdo" no siempre son sinónimos. Los textos especializados también están plagados de términos de jerga y atajos mentales, cuyo descifrado requiere conocimientos, experiencia y, a veces, consultar a otros expertos.

A pesar de los avances tecnológicos, los matices, la ambigüedad y cualquier escollo lingüístico siguen siendo un problema para la traducción automática.

Colaborar con un humano también permite una comunicación rápida, precisa y flexible. Con el traductor podemos establecer la terminología preferida para nuestro texto, y es él quien sabe que en las descripciones de patentes "método" se traduce al polaco como sposób, y no como metoda. Por último, es el traductor quien garantizará la coherencia y la corrección fáctica y lingüística. Es habitual que un texto que se va a traducir contenga erratas, pequeños errores o reglas gramaticales y de puntuación mal aplicadas. Por eso es muy importante interpretar primero las intenciones del autor, que no siempre son obvias. La IA es una gran herramienta de apoyo, pero utiliza el lenguaje que considera mejor, no el más apropiado en un contexto determinado. Con la ayuda de un traductor tradicional y de confianza, obtenemos un documento completo y acabado que podemos utilizar de inmediato sin miedo.

Rápidas y gratuitas, ¿realmente lo son?

La principal ventaja de las traducciones con IA es su increíble rapidez, que equivale a un ahorro de tiempo y dinero. En muchos casos, sin embargo, este ahorro puede ser ilusorio. Si queremos que nuestros textos sean de calidad, es necesario recurrir a un revisor de traducciones con IA. Analizar una traducción es un proceso tedioso y largo en el que no hay atajos. Naturalmente, es posible utilizar traducciones de IA sin que las revise un humano, y esto se practica a menudo. Sin embargo, es importante considerar si presentar, por ejemplo, una descripción de patente traducida sin traductor no nos expondrá a mayores costes a largo plazo. Esto incluye la reducción del alcance de la invención y el tiempo y dinero invertidos en hacer valer los propios derechos o en la republicación de la patente.

Las herramientas de IA más populares, como ChatGPT, son gratuitas y de fácil acceso. Sin embargo, muchos de estos servicios requieren un inicio de sesión, y el uso de soluciones gratuitas significa que estamos proporcionando datos sobre los que no tenemos ningún control. Éstos pueden ser utilizados en contra de nuestra voluntad (por ejemplo, vendidos), y la propia herramienta puede exigir un pago al cabo de un tiempo. Nuestra propiedad intelectual y nuestros datos representan un valor empresarial, por lo que conviene plantearse si realmente queremos que nuestros recursos, a menudo fruto de años de trabajo y conocimientos, estén tan ampliamente disponibles.

IA y cuestiones de seguridad

El modelo de funcionamiento de la IA es complejo, y la propia tecnología no permite una fácil interferencia externa ni la eliminación de la información proporcionada. Al utilizar la IA, no firmamos un contrato y no se nos garantiza la confidencialidad, ni sabemos qué ocurre con el texto que hemos compartido. No tenemos ninguna garantía de que nuestros datos estén debidamente protegidos, de que no se registren permanentemente y se analicen de forma equivocada, y puede ser sumamente difícil hacer valer los derechos en caso de violación. Esto es especialmente importante cuando encargamos muchas traducciones, ya que contienen datos sensibles y, a grandes rasgos, pueden presentar a terceros la imagen completa de nuestra empresa.

Con las traducciones tradicionales, la cuestión de la seguridad es completamente distinta: tenemos la opción de firmar un contrato y cualquier infracción puede ser investigada por las autoridades competentes. La IA tampoco sustituye a un traductor jurado que está obligado a manteni

Con las traducciones tradicionales, la cuestión de la seguridad es completamente distinta: tenemos la opción de firmar un contrato y cualquier infracción puede ser investigada por las autoridades competentes. La IA tampoco sustituye a un traductor jurado que está obligado a mantener la confidencialidad y a traducir con cuidado. Esto es especialmente importante en el contexto de las traducciones de documentos confidenciales o que constituyen pruebas clave ante un tribunal. Además, AI no acepta ninguna responsabilidad por errores o por no haber actuado con la diligencia debida, y la legislación no aborda cuestiones relativas a AI. Por este motivo, puede resultar difícil o incluso imposible hacer valer nuestros derechos en caso de infracción de nuestros derechos de autor o de divulgación accidental de una invención. Por lo tanto, recurrir a un intérprete es también una forma de asegurarnos una defensa adecuada en caso de que surja algún problema.

Resumen

No cabe duda de que la IA es una herramienta revolucionaria que conviene observar con atención. A menudo aparecen valoraciones extremas en los medios de comunicación, que van del optimismo alegre a la profunda reticencia. Merece la pena aprovechar las ventajas de las tecnologías innovadoras, pero hay que recordar que la traducción es un proceso complejo y que requerirá invertir en los servicios de un traductor tradicional durante mucho tiempo.

 

  • Agnieszka Burzyńska, traductora graduada en la Universidad de  Varsovia, se especializa en la traducción de patentes del inglés al polaco en el campo de la biología, la química y la mecánica. También traduce documentos jurídicos para el bufete.