La palabra en gallego que no tiene traducción al castellano: «Es puramente gallego»
Existe una palabra del gallego que, al ser traducida, pierde parte de su sentido y fuerza. Esta lengua, reconocida por su versatilidad, esconde términos que son verdaderas joyas semánticas, difíciles de capturar en otros idiomas.
Enxebre: algo puro, auténtico, genuino
Nada representa mejor la esencia gallega que la palabra ‘enxebre’. Este término encierra una pureza incomparable, libre de influencias externas y completamente auténtica. Todo lo enxebre permanece intacto, sin haber sido alterado ni mezclado con nada más.
Desde los emblemáticos hórreos hasta las tradicionales garrafas de licor café destiladas en hogares gallegos, pasando por los entrañables furanchos de las Rías Baixas, todo lo que es enxebre es puramente gallego.
Otras palabras gallegas con significado especial
Agarimo: cariño.
Aperta: abrazo.
Arroiar: cuando llueve mucho y no para.
Bico: beso.
Brétema: niebla.
Morriña: echar de menos la tierra natal y el hogar. Aparecer en el diccionario de la RAE, que la define como «tristeza o melancolía, especialmente la nostalgia de la tierra natal». Es la palabra gallega más utilizada por quienes no son gallegos.
Ruliña: un pajarillo. Se usa sobre todo por la gente mayor para llamar de forma cariñosa, por ejemplo, a una nieta.
Sarabia: granizo.
Saudade: melancolía y añoranza que tienen que ver con el amor.
Sentidiño: hacer las cosas con prudencia y cuidado.
¿Cuánta gente habla gallego actualmente?
Según la Xunta, Galicia cuenta con una población de más de 2.800.000 habitantes. La extensión geográfica donde se habla gallego abarca no solo la Comunidad Autónoma gallega, sino también áreas en las partes más occidentales de Asturias, León y Zamora, así como tres pequeños enclaves en Extremadura. La distribución del gallego es notablemente uniforme en términos geográficos, sin zonas donde su uso no esté presente.
Además de esta distribución territorial, debido a la historia de la emigración gallega a nivel mundial, existen áreas con una presencia significativa de comunidades gallegas que han conservado su lengua como medio de comunicación, tanto en el ámbito privado como en el público. Esto se refleja en publicaciones periódicas, obras literarias e incluso en la radio de los países de acogida. Grandes comunidades de hablantes gallegos persisten en ciudades como Barcelona, Zúrich, Montevideo y Buenos Aires.
La historia de la lengua gallega
El gallego, una lengua románica como el francés o el catalán, tiene sus raíces en la evolución del latín introducido por los romanos en el noroeste de la Península Ibérica.
Desde el siglo IX, el gallego se había diferenciado lo suficiente del latín como para considerarse una lengua separada. El documento literario más antiguo que conocemos es una cantiga satírica escrita a finales del siglo XII. Durante este período, el gallego floreció como lengua de la poesía lírica en toda la península, formando un tronco lingüístico conjunto con el portugués hasta mediados del siglo XIV.
Sin embargo, a finales de la Edad Media, el gallego y su literatura entraron en un período de decadencia debido al dominio de una clase dirigente foránea y ajena a los intereses culturales gallegos. Durante los Siglos Oscuros (XVI, XVII y XVIII), el gallego estuvo ausente en los escritos formales.
En el siglo XVIII, influenciados por las ideas ilustradas, surgieron voces preocupadas por el subdesarrollo del gallego, promoviendo contribuciones en diversos ámbitos.
El Rexurdimento, movimiento de renovación cultural, tuvo lugar en el siglo XIX, marcado por la publicación de Cantares Gallegos de Rosalía de Castro en 1863, la primera obra escrita íntegramente en gallego. Además, en este siglo se publicaron la primera gramática y diccionario gallegos, esenciales para su estandarización.
La consolidación del gallego como lengua oficial junto al castellano en Galicia y su introducción en el ámbito escolar ocurrió en el siglo XX.