Habemos algunos que discrepamos
Hay formas léxicas que viven en el lenguaje, pero son aherrojadas por la anacrónica normativa de autoridad
El verbo haber, heredero del latín habēre ‘tener’, y del medieval y renacentista aver, tiene en castellano dos usos principales (además de otros que no voy a tratar aquí): 1) como verbo auxiliar, para formar los tiempos compuestos de los demás verbos (he comido, habías escrito, hayamos tenido) y 2) ‘existir’, ‘estar en alguna parte’: (hay un plato sobre la mesa, hubo tres muertos en el accidente, había diez libros en el estante). En este segundo caso, se trata de un verbo impersonal que, según la norma, se conjuga solamente en tercera persona del singular. En el caso de hay, la partícula y significaba antiguamente ‘ahí’, y se empleaba para reforzar la denotación de existencia, como ocurre con el francés il y a, con el significado de ‘hay’.
A pesar de esa restricción normativa que limita el uso a la tercera persona del singular, los hablantes sienten a veces que ni “somos” ni “estamos” contienen el rasgo semántico de existencia, y no pueden evitar el uso de habemos, que surge naturalmente en la expresión, tanto escrita como hablada, en los casos en que el que habla o escribe está incluido en un conjunto plural contenido en la oración.
¿Qué dice al respecto la Academia Española? Bueno, descalifica este fenómeno, que aparece repetidamente en sus corpus, no precisamente en ejemplos de “habla popular”, y se pronuncia con tono de autoridad en lo que “se debe decir” y de lo que “debe evitar”, sin explicar por qué “se debe”, como si la norma hubiera sido escrita en piedra por algún ente superior.
Debe evitarse en el habla culta el uso de habemos con el sentido de ‘somos o estamos’, puesto que el verbo haber, cuando se emplea para denotar la presencia o existencia de personas o cosas, es impersonal y, como tal, se usa solo en tercera persona del singular: Hay pocos solteros en el pueblo; Había tres personas en la habitación. Por lo tanto, si quien habla desea incluirse en la referencia, no debe emplear (subrayado mío) el verbo haber en primera persona del plural, como se hace a veces en el habla popular, recurriendo, para el presente de indicativo, a la forma habemos: Habemos pocos solteros en el pueblo, Habemos tres personas en la habitación; debe decirse Somos pocos solteros en el pueblo, Estamos tres personas en la habitación (Diccionario panhispánico de dudas).
Entendemos que esta denotación existencial de habemos es un hecho de nuestra realidad lingüística, que debería ser recogido por las gramáticas, y que es anticientífico intentar impedirlo mediante un Diktat normativo. En efecto, la forma lingüística siempre llega primero y, sobre ella, se contruye después la norma lingüística, como explicaba el académico Manuel Seco (1928-2021)::
La autoridad que desde el principio se atribuyó oficialmente a la Academia en materia de lengua, unida a la alta calidad de la primera de sus obras, hizo que se implantase en muchos hablantes —españoles y americanos—, hasta hoy, la creencia de que la Academia “dictamina” lo que debe y lo que no debe decirse. Incluso entre personas cultas es frecuente oír que tal o cual palabra “no está admitida” por la Academia y que, por tanto “no es correcta” o “no existe”. En esta actitud respecto a la Academia hay un error fundamental, el considerar que alguien, sea una persona o una corporación, tiene autoridad para legislar sobre la lengua. La lengua es de la comunidad que la habla, y es lo que esta comunidad acepta lo que de verdad existe y es lo que el uso da por bueno lo único que en definitiva “es correcto”. Gramática esencial del español (Madrid: Espasa Calpe [1995]).
Veamos aquí algunos ejemplos de este uso de habemos con denotación existencial, extraídos de los propios archivos de la Academia Española, el Corpus Dicrónico del Español (Corde) y el Corpus de Referencia del Español Actual (CREA), muchos de los cuales no parecen corresponder al “habla popular”:
[…] por lo de la hora presente no hay que preocuparse: aquí habemos cuatro hombres y un rifle y el Viejito viene con nosotros. Rómulo Gallegos – Doña Bárbara – 1929
Sí, en mi país hay, perdón, habemos muchos licenciados. Miguel Ángel Asturias – Nuestra cuestión de límites – 1924
Vea: esto no es Rionegro, donde sí habemos muchos blancos, por los cuatro costaos: aquí, el que no tiene de cinga, tiene de mandinga – Tomás Carrasquilla. La marquesa de Yolombó – Colombia – 1928.
Aquí habemos muchos locos di'amarrar, cuñada: don Segismundo, La Bella, Beneda y la dijunta Simona. ¡Esa sí qu'está, ahora, de remate! Tomás Carrasquilla – Hace tiempos – 1936 - Colombia
Pero estése tranquila que aquí habemos machos. Jaime Buitrago – Pescadores del Magdalena – 1938.
[…] la escolta velará por vosotros, y nada temáis, que para eso hay, habemos todavía militares pundonorosos, para defender los intereses del pueblo y de la Patria. Miguel Ángel Asturias. El papa verde. Guatemala – 1954. Madrid/Buenos Aires - 1982
Sólo en Francia, donde resido, habemos más de 700, y para llegar a exponer los galeristas exigen mucho de cada uno. Revista Hoy – Chile – 1987.
¿Cuántos mexicanos habemos aquí? Uno, dos... con usted ya somos cinco. Carlos Fuentes – El naranjo – (Madrid: Alfaguara 1993).
[…] porque todos los hombres somos iguales, solo que habemos unos, parecen decir, que somos más iguales que otros, […] – Francisco Martín Moreno – La Respuesta, (México, 1994)
…en México tenemos escasez de líderes naturales. Los pocos que habemos somos combatidos por múltiples intereses, por personas que están convencidas de que no hay que darnos mayor fuerza de la que ya tenemos. México D. F. – Me gusta ganar hasta en las canicas – Revista Proceso (1997)
Ponéle que seamos cientos, raro con tanto cristiano criado en puro campo, no habemos ni uno que se dé maña para baqueano... Rodolfo Fogwill – Cantos de marineros en la Pampa (Barcelona: Mondadori 1998).
Sería bueno que el Dr. Batlle y la población en general tuvieran presente que habemos otras personas —muchas, según resultó de la consulta popular realizada en su oportunidad— que tenemos otro "Estado del alma". El País. Montevideo. 05/11/2002
[…] y es que en la Iglesia habemos un montón de cristianos que la fe para nosotros es el motor que nos impulsa a la lucha por la transformación de las estructuras. Debates - ¿Cambia de rumbo la Iglesia española? – (TVE 1). Debate s/f
El verbo haber tiene otros significados, además de los dos principales reseñados arriba, pero en todos ellos aparecen ejemplos de uso de habemos, censurado por la lingüística normativa. El lenguaje es, para la sociolingüística, más que un conjunto de reglas dictadas por alguien, un territorio donde las diferencias conviven en armonía, como ocurre en el inglés, lengua nativa en 38 países, que no tiene ni tuvo jamás una institución normativa, pero cuyos hablantes se entienden sin mayores dificultades.