aciago
Etimología - El origen de la palabra: aciago
Esta palabra aparece en nuestra lengua por lo menos desde los tiempos del Quijote, a comienzos del siglo XVII, siempre con el significado actual de ‘infausto’, ‘infeliz’, ‘desgraciado’, ‘de mal agüero’, aunque también se usaba en aquella época como sustantivo para denotar ‘desgracia’.
Cervantes utiliza aciago por lo menos cinco veces en su obra mayor. Veamos una de ellas:
Llegóse, en fin, el día de su partida, tan alegre para don Quijote como triste y aciago para Sancho Panza, que se hallaba muy bien con la abundancia de la casa de don Diego, y rehusaba de volver a la hambre que se usa en las florestas, despoblados, y a la estrecheza de sus mal proveídas alforjas.
Los romanos creían que todos los males venían de Oriente, en particular de Egipto (v. gitano*), lo que dio lugar a la expresión dies ægyptiacus --literalmente, ‘día egipcio’-- para referirse a una jornada especialmente infausta o azarosa. Esta expresión se deformó en latín vulgar a aciacus, que se incorporó a nuestra lengua como aciago.
Estos textos ha sido extraídos de los libros de Ricardo Soca La fascinante historia de las palabras y Nuevas fascinantes historias de las palabras.
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