twitter account

defensa

Etimología - El origen de la palabra: defensa

Antiguamente --y aun hoy en muchos países--, los organismos oficiales encargados de asuntos militares se llamaban Ministerio de Guerra, un nombre que aludía exactamente a la función que cumplían: hacer la guerra o prepararse para ella. Sin embargo, con el paso del tiempo, los gobernantes fueron comprendiendo que la guerra suele ser una empresa que da poco prestigio y que quienes se defienden de ella se granjean más simpatía por parte del público y de la prensa. Así, los ministerios pasaron a llamarse, simpáticamente, de Defensa, así como las asignaciones presupuestarias se llamaron gastos de Defensa, aunque estuvieran destinadas a atacar a otros países. En efecto, mientras hoy se entiende que hacer la guerra es una tarea menos noble de lo que se creía algunos siglos atrás, las invocaciones a la ‘defensa nacional’ todavía despiertan sentimientos patrióticos. Algún ingenuo podría pensar que si todos se defienden, nadie hará la guerra, pero los hechos no confirman esta suposición.

Defensa se formó en latín a partir del verbo latino defendere, que se derivaba, a su vez, del verbo arcaico fendo, -ere ‘incitar’, ‘estimular’, ‘golpear’, que ya no se usaba en la época clásica. A este verbo se antepuso el prefijo de-, que en este caso significa ‘rechazar’, ‘repeler’, para formar defendere ‘rechazar a un enemigo’, ‘proteger o protegerse’. Si a fendere se antepone el prefijo ob- ‘hacia delante’ (con el sentido de oposición), éste se convierte en of- (por estar antes de f) y se forma offendere ‘chocar con algo’, ‘golpear algo’, ‘disgustar a alguien’, de donde se derivó nuestro verbo ofender.


Estos textos ha sido extraídos de los libros de Ricardo Soca La fascinante historia de las palabras y Nuevas fascinantes historias de las palabras.

Ver otra palabra:

Copyright 2002 / 2007 -Todos los textos publicados están registrados en nombre de Ricardo Soca, titular de los derechos de autor. Queda terminantemente prohibida y será perseguida judicialmente la reproducción por cualquier procedimiento, sea sobre papel o por medios digitales e Internet, y su uso en radio o televisión, así como cualquier otro procedimiento previsto en la Convención Universal de Derechos de Autor, que protege esta obra.