Poetas de peso pesado y Don Quijote en bicicleta
El autor, el lingüista Jesús Castañón Rodríguez, responsable por el sitio web Idioma y Deporte, aborda las relaciones entre la literatura y el deporte con una mirada original: desde el mundo encantado de Don Quijote y Sancho Panza, hasta las modernas aventuras en cuadriláteros de boxeo y carreras de bicicletas todoterreno, la creación literaria se mantiene viva y evoluciona al ritmo de los tiempos.
Poetas de peso pesado y Don Quijote en bicicleta
En algún lugar de España, de cuyo nombre no logro acordarme, Don Quijote y Sancho Panza asistían atónitos a un ámbito encantado en el que se narraban modernas fábulas y dichosas aventuras.
Disfrutaban viendo las transformaciones de la obra que narraba el personaje de Cide Hamete Benengeli en adaptaciones para largometrajes, cortometrajes, series de televisión, juegos interactivos en cederrón, dibujos animados y diversos productos de Internet. Sonreían con su paso a canciones, obras de teatro musical y hasta temas de rock. Disfrutaban con la participación de Azorín y Camilo José Cela, la voz de Plácido Domingo, el ritmo sincopado del grupo de rock Asfalto o la caracterización de Cantinflas como Sancho Panza.
La creación literaria como deporte
Con el paso de los siglos, habían asimilado la experiencia por la que la buena literatura nunca muere, sólo se transforma.
Tenían noticia de que, en el siglo XX, la literatura francesa logró llevar los ideales de libertad, igualdad y fraternidad a los corazones de Igor Stravinsky, Jean Prévost o Jean Giraudoux como atletas en el parisino estadio de Duvigneau. Sabían que la literatura deportiva se organizó desde entidades como la Plume-Palette Club y la Association des Écrivains Sportifs para cantar emociones, sensaciones y hazañas.
Sin embargo, no salían de su asombro por lo ocurrido en España durante 2007 y 2008, cuando la fuerza del deporte ha transmutado la creación literaria en boxeo y en ciclismo.
El 25 de enero de 2008 asistieron en Salamanca al "Primer Campeonato Mundial de Poetas Pesados", una velada de combates dialécticos a dos asaltos, de tres minutos cada uno, entre Ben Clark, Gonzalo Escarpa, David Moreno y Víctor Pérez. Fue una singular forma de dirimir las diferencias estéticas de los poetas siguiendo las reglas del boxeo aficionado.
El gigante Indurain
Y en 2007, adquirieron el volumen Ruta de Don Quijote en BTT (bicicleta todoterreno), original de Luis Juaristi y OIaia Juaristi. Creyeron estar en la cueva de Montesinos con sus encantamientos, hasta que en su recorrido por el Campo de Montiel se encontraron con un gigante, no un molino, que prologaba la obra: Miguel Indurain, el campeón olímpico y del mundo de ciclismo que también fue el ganador del Tour de Francia en cinco ocasiones y del Giro de Italia en otras dos.
A partir del texto de la novela cervantina y de los caminos que en ella reconoce la asociación Amigos del Campo de Montiel, los personajes de Miguel de Cervantes veían cómo los turistas del siglo XXI habían cambiado a Rocinante y al rucio por bicicletas todo terreno o de montaña y se guiaban por el embrujo de un artilugio que llamaban GPS.
Y no dejaban de abrir la boca ante la transformación de sus aventuras por La Mancha en ocho etapas: Argamasilla de Alba-Manzanares, Manzanares-Villanueva de los Infantes, Villanueva de los Infantes-Puebla del Príncipe, Puebla del Príncipe-Sierra Morena, Sierra Morena-Torre de Juan Abad, Torre de Juan Abad-Villanueva de la Fuente, Villanueva de la Fuente-Argamasilla de Alba, El Bonillo-Lagunas de Ruidera, Lagunas de Ruidera-Membrilla y Membrilla-El Toboso.
Comentaban entre sí que así son los nuevos tiempos, con la épica encontrando su hueco en los estadios, la lírica, en los conciertos de pop y rock y el drama, en el cine y en los telefilmes.
En el siglo XXI, si se quiere gozar del aire libre y dejar volar la imaginación, es hora de entrar en la leyenda convirtiendo el ciclismo en una singular aventura cultural como "ciclista de caballería".