LA PALABRA DEL DÍA

Por Ricardo Soca

ETIMOLOGÍA - ORIGEN DE LAS PALABRAS
Miércoles, 08 de mayo de 2024

simonía

LA PALABRA DEL DÍA

Simón el Mago quería comprar el poder de hacer milagros

simonía

Compra o venta de bienes espirituales o muy vinculados al mundo espiritual o religioso, un acto que está prohibido por la mayor parte de las religiones.

El nombre simonía fue tomado de Simón el Mago, quien intentó comprar a los discípulos de Jesucristo el poder de hacer milagros, como se narra en Actos de los Apóstoles (8:18).

En los primeros siglos después de Cristo, cuando los fieles de la nueva religión eran perseguidos, no se habían registrado casos de simonía, pero a partir del momento en que Constantino reconoció el cristianismo como religión oficial del Imperio romano, los dignatarios cristianos adquirieron poder e influencia, y se conocieron algunos casos. Esto obligó a la Iglesia a legislar al respecto, y calificó la simonía como un grave pecado.
El Concilio de Calcedonia, que tuvo lugar en 451, estableció prohibiciones y penas para los obispos, sacerdotes y diáconos que se vieran tentados de vender objetos sagrados y reliquias. La simonía resurgió en Europa en los siglos IX y X, hasta que el papa Gregorio VII (1073-1085) atacó el problema con nuevas leyes y castigos.

EL MEDIEVALISMO DEL DÍA

Tenazas medievales halladas en Hamburgo

tenaces / tenazes

Del latín tenāces, pl. de tenax).

f. pl. Tenazas (Lapesa 2003).

[…] una dorna de banno cum suas tenazes de ferro. León. T. leg. (1091).

PÍLDORAS DE LENGUAJE

La palabra «agua», a pesar de ser femenina, lleva artículo masculino: el agua. Sin embargo, no entiendo por qué no puede decirse también «el agüita». Según acabo de enterarme debe decirse «la agüita» pero no «el agüita». Personalmente me suena raro, y más difícil de pronunciar, «la agüita» que «el agüita». Sin embargo, al mismo tiempo, el DRAE recoge una expresión popular típica de Ecuador: «como el agüita». «Me lo sé como el agüita» = Me lo sé como la palma de mi mano o me lo sé al dedillo.

En primer lugar debemos aclarar que  el artículo femenino la toma la forma el cuando se antepone a sustantivos femeninos que comienzan por /a/ tónica, con algunas excepciones. Esta forma es idéntica a la del artículo masculino, pero se trata, en estos casos, de una variante formal del artículo femenino la, que  deriva del demostrativo latino illa.

En cambio, debemos decir la agüita porque, como puede notar, este diminutivo no comienza por /a/ tónica.

Las mismas razones concurren para que debamos decir el ala y la alita.

No es una incongruencia del diccionario recoger una expresión coloquial. Precisamente, su función es registrar lo que el hablante usa y, en este caso, es habitual que en el registro coloquial se use de manera inadecuada el artículo. Quizá con el correr del tiempo cambie  el uso popular o el uso en lenguaje esmerado, pero por el momento, la diferencia en ambos registros es notoria.

EL LATÍN DEL DÍA

quam saepe forte temere eveniunt quae non audeas optare.

¡Con cuánta frecuencia ocurren por casualidad cosas que no osaríamos desear! (Terencio).

Fecha de envío: 
Miércoles, 17 de enero de 2024