pistón
En el siglo XV, en ciertas lenguas de la península itálica se usaba el verbo transitivo pistare con el significado de ‘triturar, reducir a polvo o a pedazos muy pequeños’. De ahí surgió el sustantivo pistone, que refería a un pilón de mortero, como los que se utilizan en la cocina para triturar vegetales. La palabra fue tomada entonces por el francés como piston, significando ‘pieza cilíndrica que se introduce en tubo para ejercer presión o para transmitir un movimiento’.
En el siglo XIX, se usó en francés avoir du piston con la denotación metafórica de ‘tener influencia, ser ayudado por la influencia de protectores o benefactores”. Pistón se llamó también el cilindro que se usa en forma de émbolo en algunos instrumentos musicales de viento para determinar su sonido: así, se hablaba en francés de cornet à piston (1842).
La palabra hizo su estreno en español en 1817, cuando M. M. del Mármol la usó en referencia a un émbolo de los motores a vapor, en su libro Idea de los barcos a vapor (Corde). Su uso se tornó cotidiano hacia fines del siglo XIX, cuando el vocablo se adoptó como denominación de émbolo de los motores a explosión que se empleaban en una invención reciente: el automóvil.