ladrón
Se llama así al que comete el delito de robo, consistente en el apoderamiento de bienes ajenos empleando la fuerza en las cosas ―como romper cerraduras, por ejemplo― o violencia contra sus víctimas, lo que se llama rapiña. El ladrón también puede simplemente apoderarse de algo ajeno sin violencia, por descuido de su propietario, lo que constituye el delito de hurto.
En latín clásico, latro, latronis había significado primitivamente, ‘guardia, mercenario’ y más tarde, ‘bandido, ladrón de cuadrilla’.
Con la caída del Imperio Romano, el latín empezó a sufrir diversos cambios en las diferentes área de la Romania, de modo que las declinaciones fueron desapareciendo por caída de las flexiones.
Así el acusativo latronem (ladrón) perdió la m final, convirtiéndose en latín vulgar en latrone, más tarde perdió la e y finalmente sonorizó la t, que quedó convertida en d, dando lugar en los romances de Hispania a ladrón, que ya figura en el Poema de Mio Cid (1140): do dizen monte Calvarie pusiéronte en cruz, por nombre en Golgotá, dos ladrones contigo, estos de señas partes.